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04 DE NOVIEMBRE DE 2024
Por las medidas tomadas para prevenir el contagio del coronavirus, las mujeres no pueden estar acompañadas al momento de dar a luz, que es un derecho adquirido. Además, organizaciones que militan el parto respetado apuntan al Hospital Carrillo.
Foto publicada en viapais.com
Las medidas y protocolos implementados en el contexto de pandemia de COVID-19 son efectivas en cuanto a evitar la propagación del virus, pero en muchos casos vulneran derechos. Tal es el caso de las mujeres y personas gestantes que no encuentran garantías del Estado.
Su derecho “a estar acompañada, por una persona de su confianza y elección, durante el trabajo de parto, parto y postparto” está contemplado en la Ley 25929. Desde Xumek, institución defensora de los derechos humanos integrada por profesionales de diversas disciplinas, advirtieron la vulneración.
Cómo se trabaja el parto humanizado en Mendoza
El jefe de Obstetricia del Hospital Lagomaggiore, Ernesto Olcese, y la socióloga Victoria Pérez explicaron en Atardecid@s cómo se trabajan los partos humanizados o respetados en la provincia de Mendoza y la importancia del acceso a la información sobre el cambio de paradigma, que vuelca toda la mirada en la paciente para que pueda elegir cómo dar a luz.
“Durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio en el que nos encontramos desde marzo a raíz del coronavirus, la situación de las personas gestantes se ha visto agravada en los hospitales, ya que son vulnerados los derechos de los que son titulares. Nos referimos al derecho de ser acompañadas por una persona de su confianza y la elección durante el trabajo de parto, parto y postparto”, dice la publicación en el sitio web de Xumek.
La asociación se hizo eco de varias consultas que les hicieron llegar distintas mujeres con un embarazo muy avanzado, a raíz de comentarios extraoficiales que habían escuchado.
“Se enteraron de forma extraoficial que no iban a poder ser acompañadas en la sala de parto, pero sí en la de preparto y sí en la de posparto. Cosa que carece de fundamentos, porque inclusive a la sala de partos se tiene que entrar con el kit quirúrgico que reúne las condiciones necesarias de higiene”, explicó a Unidiversidad María Vázquez, integrante del área de Género y Diversidad Sexual de la asociación Xumek.
Desde allí se visibilizó la situación que se ve en maternidades de Mendoza y decidieron ayudar. “Lo que hicimos desde la asociación fue crear un modelo de nota que sirva para cada caso en particular, en el cual cada persona que esté a punto de dar a luz pueda reclamar su derecho con fundamentos legales y con un acápite para que tengan la posibilidad de añadir todos aquellos documentos que sustenten esta petición”, relató Vázquez.
Violencia Obstétrica, violencia hacia las mujeres
Sabrina Yañez, integrante de Alumbra, comenta sobre las Jornadas sobre Violencia Obstétrica llevada adelante en la UNCUYO. Además, señala la intención de desarrollar un protocolo que facilite las denuncias de víctimas de este tipo de violencia hacia las mujeres.
Las razones no son solo legales, sino también médicas. Vázquez aseguró: “Estar acompañadas colabora a que no se produzcan una serie de hormonas que ralentizan el parto”. Dentro de las recomendaciones que el Ministerio de Salud de la Nación ha hecho a las personas embarazadas, “no se encuentra ese tipo de prohibición en la compañía. Por el contrario, la Organización Mundial de la Salud la permite y alienta”, destacó la integrante de Xumek.
El Hospital Carrillo, en la mira
En este contexto, desde una organización de mujeres autoconvocadas por el parto respetado en Mendoza se solicitó a Ana María Nadal –ministra de Salud, Desarrollo Social y Deportes– la disposición del Hospital Carrillo, de Las Heras, como efector de salud para maternidad segura en contexto de pandemia. La petición asegura que el hospital “cuenta con la infraestructura ideal para permitir una Unidad de Nacimientos de Bajo Riesgo”.
Teniendo en cuenta que las mujeres embarazadas son personas sanas y los partos son procesos inevitables, es decir, que siguen sucediendo en contexto de pandemia, el pedido se enfoca en la necesidad de que la maternidad se mantenga funcionando las 24 horas del día, pero aislada de los lugares de atención de pacientes por COVID-19.
Hoy, los partos en el Carrillo se atienden solo hasta las 15:00 porque luego no se pueden garantizar las condiciones obstétricas neonatales esenciales (CONE): después de ese horario, el hospital se queda sin anestesista. Esto significa que no puede asegurar las 24 horas una intervención quirúrgica de urgencia como es una cesárea.
Humanizar los partos
Este lunes 14 de mayo comenzó en todo el mundo la Semana del Parto Respetado, unas jornadas dedicadas a la concientización sobre esta concepción de alumbramiento. Como todos los años, desde 2004, Mendoza se hace eco de este evento. Habrá puestos informativos y actividades organizadas por el Gobierno en distintos puntos de la provincia.
Una referente de la organización de mujeres aseguró que “no ha habido ninguna situación de riesgo por la cual el hospital no reúna las CONE” y que garantizarlas es una obligación del efector de salud.
Lamentó esta limitación del Hospital Carrillo, ya que “la maternidad está totalmente equipada para adecuarse al marco legal de los derechos de las mujeres durante el embarazo, parto y puerperio. Y vienen con una experiencia de mucha satisfacción de las mujeres que han parido ahí”, destacó la referente.
De acuerdo a las condiciones edilicias del Hospital Ramón Carrillo, esto se podría efectuar perfectamente. Así se evitaría que mujeres embarazadas, en trabajo de parto, acompañantes, bebés y personal sanitario se expongan a infecciones provenientes de los espacios destinados al tratamiento de enfermedades.
La petición realizada observa que, en la actualidad, las personas con embarazos muy avanzados que consultan por guardia en el Hospital Carrillo son derivadas al Hospital Lagomaggiore para el parto. Si bien este último cuenta con la maternidad más grande de Mendoza, es una “institución de alta complejidad en donde se encuentran posibles casos de infectados con COVID-19, lo que aumenta el riesgo de contagio para la mujer y el/la recién nacido/a”.
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