Con el propósito de paliar la baja en el consumo, la bebida nacional se renueva, al menos en su envoltorio. Mediante una resolución, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) autorizó el fraccionamiento y la venta de vino en envases de acero inoxidable de hasta 50 litros.

La medida ya se aplicó en países europeos hace algunos años. Con este cambio, el vino podrá ser vendido directamente en copas en bares y expendido mediante barriles similares a los que contienen la cerveza tirada.

Según datos del INV, en 1974 el consumo per cápita era de 77 litros. Este año se estima que cerrará en 19 litros. Es decir, hace cuatro décadas se tomaba cerca de un 1,5 litro por semana, mientras que en la actualidad cada persona se toma una copa y media en el mismo período.

La tendencia es a un consumo más sofisticado y, en ocasiones especiales. Para muestra de esto, en 2005 se consumían 134 millones de litros en damajuana, pero nueve años, después la cifra nacional había descendido a los 40 millones, como destacó el diario La Nación.

En cuanto a la conservación de la bebida, la norma señala: “Este tipo de recipiente permite mantener al vino bajo una atmósfera inerte, evitando alteraciones del mismo y conservando las características físico-químicas y organolépticas del producto original”.

Cuando el vino "pasa de moda"

El debate lo planteó Cornejo frente a las autoridades de la Coviar. Cada vez se vende menos vino y nadie parece asumir la responsabilidad de ese fracaso. ¿Cambio cultural o desprecio de la juventud?

Ante el reinado de la cerveza tirada, vino "tirado"

Una de las tendencias entre los consumidores jóvenes es el patio cervecero, una variedad de bar que se multiplica en las calles mendocinas. Mesones largos, más promociones para los consumidores “birreros”, un amplio catálogo de cervezas y lo básico en comida para acompañarlas. En definitiva, lugares de características informales, pensados para que los amantes de la bebida que estén de paso hagan una pausa y prueben una.

Según la Cámara de Cerveceros Argentinos, el consumo per cápita de cerveza fue de 41 litros el año pasado y los datos muestran que el número aumenta cada año, en detrimento del consumo de vino. Es decir, el argentino promedio consume el doble de cerveza que de vino.