“La violencia machista, el problema humanitario más grave del mundo”

Edición Uncuyo reproduce la entrevista, aparecida en Periodismo Humano, con la histórica feminista Lidia Falcón con motivo de la presentación de su libro de memorias 'La pasión feminista de mi vida'. "El feminismo trata de forma nueva y renovadora los eternos temas del amor y la sexualidad", sostiene la española.

"La violencia machista, el problema humanitario más grave del mundo"

Parte de la portada de su libro 'La pasión feminista de mi vida'.

Identidad y Género

Unidiversidad

Tito Drago para PH

Publicado el 17 DE JULIO DE 2013

Falcón, de 74 años, doctora en filosofía y licenciada en derecho, arte dramático y periodismo, es una histórica defensora de los derechos de las mujeres, que entre otras muchas iniciativas creó en España el Partido Feminista, actualmente sin actividades.

La noche del martes 5, la lideresa española con mayor proyección en el feminismo mundial presentó en Madrid un libro de memorias, La pasión feminista de mi vida, donde realiza una serie de reflexiones que comparte en esta entrevista.

Dirigente del Partido Comunista Catalán, sufrió detenciones y persecución durante la dictadura del general Francisco Franco y tuvo un papel clave en la promoción de la equidad de género en la etapa de la transición española a la democracia. Falcón instituyó varias revistas feministas, la última de las cuales, Poder y Libertad, aún dirige, al igual que la editorial Vindicación Feminista. También creó numerosas entidades no gubernamentales, entre ellas la Confederación de Organizaciones Feministas y los Tribunales de Crímenes contra la Mujer.

Como escritora, ha publicado 39 libros. Entre los ensayos destacan Mujer y Sociedad, La Razón Feminista, Violencia contra la mujer, Mujer y Poder Político y Los Nuevos Mitos del Feminismo, traducidos a varios idiomas. Entre las novelas y obras dramáticas se cuentan Es largo esperar callado, El juego de la piel y Rupturas.

¿Por qué asegura que es tan duro el machismo en España?

LIDIA FALCON: En este país cada año son asesinadas 75 mujeres, dos millones sufren maltrato físicamente y 15.000 son violadas, todo esto escondido bajo la apariencia de ser un país civilizado.

Las mujeres sufren aquí un tratamiento similar al que sufrían los negros en Estados Unidos, un maltrato del que no se hablaba, pero que estaba claro que existía.

La violencia machista es hoy el problema humanitario más grave del mundo, incluyendo a España.

¿El gobierno y las demás instituciones políticas no pueden hacer más para acabar con esta situación?

En primer lugar, hay que tener presente que, en la sociedad actual, los únicos beneficiados son los hombres, ya que los partidos políticos y gobiernos en su gran mayoría, casi todos, son dirigidos por hombres.

Sin embargo hay grandes países, como Brasil y Alemania, gobernados por mujeres…

Sí, es verdad y representa un gran paso adelante, pero en prácticamente todos los demás países gobiernan hombres, cuyas parejas por lo general se dedican a asistir a fiestas, visitar albergues de niños, repartir regalos, pero sin influencia real en la política.

¿El feminismo hoy en día, qué es?

El feminismo analiza las relaciones económicas y sociales, políticas y culturales, con el poder, con el Estado, con los partidos políticos, con las instituciones nacionales e internacionales.

Y también, algo que no hicieron jamás los partidos y sindicatos tradicionales, las relaciones con nuestros padres y con nuestros hijos, tanto en la familia como fuera de ella, y el feminismo trata de forma nueva y renovadora los eternos temas del amor y la sexualidad.

Podríamos decir, en síntesis, que trata la vida humana.

¿La actividad feminista ha logrado cambios reales en España?

Sí, desde luego que se ha avanzado y mucho desde que se acabó con la dictadura y en 1976 se inició la transición hacia la democracia, ahora vigente.

Hoy es una época de consenso y convivencia, y las reivindicaciones feministas son la paridad, la igualdad, la corresponsabilidad de los hombres en las tareas domésticas, la conciliación de la vida laboral y la familiar, la custodia compartida entre madres y padres y, subrayo, el reconocimiento legal y en gran medida social de las familias homosexuales y monoparentales.

O sea que se ha evolucionado considerablemente…

Sí, se ha evolucionado, pero el paro (desempleo) afecta más a las mujeres que a los hombres y el salario que ganan las mujeres es 30 por ciento menor que el de los varones, aunque realicen exactamente la misma labor, en similares condiciones, capacidad de hacerlo y horarios.

¿La arquitectura legal a favor de la erradicación de la discriminación de la mujer es sustanciosa, faltan todavía más normas para impulsar la equidad?

Desde luego, se necesitan leyes cuyo cumplimiento no requiera dinero del presupuesto público, como las que hacen recaer sobre los ciudadanos, mujeres y hombres, la responsabilidad de que tanto en el trabajo doméstico como en el profesional se repartan proporcional y equitativamente las tareas: leyes de paridad, de igualdad.

¿Y cómo considera la posición del actual gobierno español (presidido desde diciembre por el derechista Mariano Rajoy)?

Terriblemente mala, pues es un gobierno que propone eliminar las ayudas sociales, los geriátricos y las guarderías de niños, lo que afectará en especial a las mujeres.

La Iglesia Católica, mayoritaria en España, es contraria a las reivindicaciones feministas. ¿Cómo ve esa posición?

Muy mal la actitud de la Iglesia, y mala también la del Parlamento y del Gobierno, que la subvenciona generosamente. Hay que tener presente que la última aportación, aprobada el 31 de diciembre de 2011, es de 13 millones de euros mensuales (16,2 millones de dólares) ¡13 millones cada mes!

¿Los medios de comunicación, cómo siente que tratan al feminismo?

Menos mal que en épocas pasadas, pero todavía falta mucho por avanzar. Se debe tener presente que un estudio internacional realizado el año pasado muestra que, en 2010, las mujeres representaban 52 por ciento de la población mundial, pero solamente el 24 por ciento de ellas eran protagonistas en las noticias difundidas por los medios de comunicación.

Una gran diferencia, por cierto.