Según datos del gobierno de Alfredo Cornejo (CM), el acatamiento al paro organizado por Ctera y el SUTE, y al que se sumaron distintos gremios de las tres centrales sindicales (las dos CTA y la CGT que dirige Jorge Córdova) no fue alto. Sin embargo, sí reconocieron que la movilización fue numerosa.

Desde la DGE informaron que el nivel de adhesión de los docentes fue del 27 %, números que se contraponen a los del SUTE, desde donde aseguran que los maestros se sumaron en el 80 % a la medida de fuerza. Mientras, la versión oficial sobre la atención en el sector salud indica que los profesionales no adhirieron, que se realizaron el 100 % de las cirugías programadas y que apenas hubo una adhesión inferior al 20 % en hospitales como el Sícoli de Lavalle, o el Scaravelli de Tunuyán. Datos que no coinciden con los vertidos por ATE, desde donde aseguraron que en el Lagomaggiore, por ejemplo, sólo se hicieron dos cirugías programadas y funcionaron tres de los ocho quirófanos disponibles.

En tanto, y hasta el horario de la movilización (que arrancó a las 10.00 desde Legislatura) la Administración Central y el Poder Judicial funcionaron con normalidad. Luego hubo menos presencia de empleados por los que se sumaron a la marcha.
 

“Reconocemos la inflación, pero no hay más plata”

Sobre el carácter de legítimo del reclamo, el subsecretario de Seguridad, Néstor Majul, aseguró que lo es, y que el gobierno es el primero en reconocer cómo la inflación licua los incrementos salariales. “Es cierto, entendemos los pedidos y preocupaciones de los trabajadores, pero Mendoza es una provincia en quiebra en estos momentos. Si ofrecemos aumentos superiores del 22 % al 25 % y después no los podemos pagar, estaríamos siendo irresponsables”, manifestó el funcionario. Al tiempo, aseguró que el gobierno está abierto al diálogo y a mantener las paritarias, pero no puede prometer cifras que no podrá pagar.