En cartas enviadas al presidente de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA), Claudio Tapia, ​​la Confederación Sudamericana de Fútbol y la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), el presidente de la Asociación Palestina de Fútbol (APF), Yibril Rajub, protestó por la elección del lugar del partido amistoso entre Argentina e Israel que se disputará el 9 de junio porque considera que es un apoyo para “normalizar la ocupación de Al-Quds" (Jerusalén). Luego, la Organización Sionista hizo su decargo afirmando que el encuentro "es un aporte para impulsar la paz" y que "se llevará a cabo en una zona que lejos está de ser un territorio en disputa".

Rajub acusó a Israel de “politizar el deporte” al organizar el amistoso en el Teddy Stadium, que se encuentra en la “tierra que una vez fue el hogar de una aldea palestina antes de que fuera destruida por las fuerzas israelíes en 1948”, desde la fundación del régimen.

Explicó que el campo originario para el partido en realidad era Haifa (noroeste de los territorios palestinos ocupados), pero, tras la presión política por parte del régimen israelí, como dijo abiertamente su ministra de Cultura y Deportes, Miri Reguev, y como trascendió a los medios israelíes, el partido se trasladó a Al-Quds. 

Sergio Pikholtz, presidente de la Otganización Sionista Argentina, le contestó: "Llevar a la Selección Argentina al Estado de Israel a disputar un partido de fútbol amistoso frente a la selección local es, una vez más, un inconmensurable aporte de nuestro país para impulsar la paz con acciones concretas. El encuentro, que se jugará en el Teddy Stadium de la ciudad de Jerusalén, se realizará en una zona que lejos está de ser un territorio en disputa y, mucho menos, reclamado como ocupado por los palestinos".

El comunicado continúa: "Este partido constituye la materialización de la amistad de dos países con enormes y añejos vínculos y la ratificación de que el deporte puede y debe ser un puente de acercamiento intercultural y de hermandad. Quienes somos militantes de la paz y la autodeterminación de los pueblos consideramos que las oportunidades para la paz se construyen sobre hechos concretos y que la visita del seleccionado nacional a la ciudad santa de Jerusalén, capital del Estado de Israel, es un mensaje claro sobre lo que el deporte canaliza".

"En el Estado de Israel viven millones de ciudadanos de origen islámico en absoluta libertad y pleno uso de derechos civiles, al igual que los judíos, cristianos o personas de cualquier religión. Si pudieron sacar su entrada, podrán disfrutar de los tacos y las chilenas del mejor jugador del mundo. Sí, el mismo Messi que en 2013 participó del Peace Tour junto al Barcelona jugando un partido en el país judío y visitando el Kotel, Muro de los Lamentos", finalizó Pikholtz.