“Ustedes saben que soy hincha del club y si a lo mejor en un pequeño detalle le estoy haciendo un daño, soy yo el que prefiere dar un paso al costado”, decía Christian Andrada después de que Atlético Palmira cayera ante Montecaseros y sumara otra derrota en este Federal B.

Una vez consumada la decisión y aceptada por la dirigencia, ésta se movió rápidamente para buscarle un sucesor al Chimango Andrada. El cambio es ave por ave, ya que Tomás “Loro” Ortiz se volvió a calzar el buzo de DT y ya comenzó las prácticas de cara al próximo choque frente a Jorge Newbery, en Villa Mercedes.

“Hoy me toca estar acá a pesar de que me haya ido hace poco. No pensé que se pudiera dar el retorno tan rápido”, declaró Ortiz, que dirigió el equipo que disputó el Federal B el primer semestre. Además, fue el adiestrador del equipo que obtuvo el campeonato de Liga Mendocina en el año 2001.

El Loro ya entrenó a sus nuevos jugadores y tuvo tiempo para hacer una apreciación de sus primeras sensaciones: “Los vi muy cabeza baja, muy dolidos. En el fútbol hay que estar preparados para estos momentos. Les di el mensaje y lo entendieron. Los vi con muchas ganas, me quieren demostrar muchas cosas y eso es bueno”.

Con respecto al cambio de mentalidad que necesita el plantel Jarillero (acumula una victoria, tres empates y cuatro derrotas) Tomás Ortiz sostuvo: “Vamos a tratar de ser más ofensivos, tomando los recaudos cuando nos ataquen también. Es mucho trabajo, se los dije a los jugadores. Si están convencidos lo vamos a hacer y nos tiene que dar buenos resultados”.

Como técnico del Ferroviario en el Federal B, el Loro suma cinco triunfos, un empate y seis derrotas. Su último partido fue en el General San Martín, el 8 de mayo pasado, ante Huracán Las Heras, en el marco de los play offs y el Globo avanzó a cuartos de final.

Cabe destacar que todos los encuentros del Aurinegro en este torneo tuvieron a Tomás Ortiz como espectador en las gradas, sin embargo ahora se encerrará en el rectángulo de césped para intentar cambiarle la cara a este Palmira de capa caída. Por eso, otra vez el Loro vuelve a la jaula.

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