“Arturo es un animal geronte”, reza la gacetilla que envía la Secretaría de Ambiente para explicar las razones por las que, desde el Jardín Zoológico, comenzaron un intenso monitoreo al oso polar viudo que lleva años siendo la gran preocupación de ecologistas locales y de todo el mundo. Hasta estrellas del rock como Cher han manifestado su inquietud en alguna oportunidad por el estado del oso y la han plasmado por la red social Twitter. Al parecer, ahora habría que estar más alerta que nunca.

Durante la mañana de este viernes 6, la directora del Zoológico, Mariana Caram, y Analía Pedroza –la directora del cuerpo veterinario que se ocupa en este momento del plantígrado– brindaron una conferencia de prensa para informar su estado y explicar el camino a seguir. Indicaron que llegarán especialistas de distintas partes del país y que por el momento el animal tiene pronóstico reservado. 

Según las directoras, Arturo presenta pequeños problemas de visión, por lo que evaluarán si tiene relación con el estado general del animal. En este sentido, buscan cuidar al espécimen, por lo que lo tranquilizarán o sedarán mientras dure el estudio. Con esta misma premisa, afirmaron que el Zoo permanecerá abierto y que se bloquerá el tramo del recorrido donde se encuentra la jaula del animal.
 

Signos de decaimiento e inapetencia

Según el informe enviado desde Ambiente, los veterinarios del Zoológico detectaron que Arturo ha mostrado signos de decaimiento en los últimos días, manifestando disminución en su actividad física y apetito. También aseguran que el equipo de profesionales está monitoreándolo constantemente para evaluar su estado, evolución y posibles causantes de su actual situación clínica. Por lo tanto, se están tomando todas las medidas terapéuticas necesarias para que se recupere.

“Arturo es un animal geronte y como tal, cualquier alteración que se presente requiere de máxima atención”, puntualiza el informe, que hasta el momento ha oficiado de parte médico del animal.

Desavenencias de un animal en apuros

Arturo llegó a Mendoza en 1993, cuando era pareja de la osa Pelusa. Hace 23 años que vive en el Zoológico de Mendoza. 

La vida del ahora longevo animal pasó por momentos complicados. El más difícil fue el 1.º de mayo de 2012, cuando su compañera Pelusa murió tras permanecer tres meses enferma. Fue por las heridas que la afectaron luego de una pelea con su pareja, y por su avanzada edad –tenía 37 años– no pudo reponerse.

Pero también se difundió una foto de quemaduras en el lomo del animal provocadas, aparentemente, por el calor agobiante del verano mendocino. Los osos polares son animlaes de ambientes fríos y no están preparados para un clima con características como las de Cuyo.

Pelusa también fue famosa en 2003 cuando, luego de ser tratada con un remedio veterinario (violeta de genciana), apareció con su pelaje teñido justamente de ese color.

La osa Pelusa, luego del tratamiento veterinario. (Foto: Los Andes)

En 2014 visitó al oso el especialista norteamericano en esta especie Donald Moore. Según afirmó, el oso estaba bien cuidado en Mendoza y no era una idea saludable para él trasladarlo a Canadá, como habían solicitado miles de ambientalistas, en especial por su edad y por la dificultades que se presentarían durante la mudanza. 

Ahora los veterinarios locales velan por la salud del oso polar.