“Creo que jamás hubo alguien tan calificado para ocupar este cargo”, afirmó el presidente estadounidense Barack Obama sobre la candidata del partido Demócrata, Hillary Clinton, y abrió el camino de las elecciones en Estados Unidos que se realizarán en noviembre de 2016. Este gesto era el respaldo más esperado de la mujer que se postula a presidenta. El martes 07 de junio Clinton se consagró como candidata a la presidencia por el Partido Demócrata.

El apoyo oficial de Obama confirma el liderazgo de la demócrata que se encamina a la Casa Blanca. De hecho, el mandatario estadounidense acompañará a Clinton en su primer acto de campaña, el miércoles 15. Las palabras de aliento a la exsecretaria de Estado se dieron a conocer minutos después de una reunión que el presidente mantuvo con el otro candidato demócrata, Bernie Sanders.

Al término del encuentro, Sanders confirmó que sigue con su campaña en Washington donde se celebrarán elecciones primarias el martes 14. A pesar de la presión del partido para que se retire, el candidato prometió que llegado el momento trabajará para derrotar al sulfuroso candidato republicano Donald Trump. “Me aseguraré de que Trump no se convierta en presidente de Estados Unidos”, sostuvo a los medios de su país.

El apoyo a un candidato "más o menos entusiasta" por parte del presidente de su mismo partido es un ritual. No hay sorpresa en el gesto de Obama, pero sella la condición de nominada de Clinton. De concretarse, en la convención de Filadelfia en julio, será el momento de la nominación oficial y empujará al partido hacia la unidad. La llamada coalición de Obama, es decir la alianza de negros, hispanos, mujeres, jóvenes moderados que le dio dos victorias presidenciales, es un activo valioso para Clinton. Si en noviembre Clinton moviliza a esta coalición, al republicano Donald Trump le resultará difícil derrotarla.

La relación entre Obama y Clinton es una de las más complejas de la historia política reciente de Estados Unidos. En 2008 se disputaron la nominación del Partido Demócrata y la campaña fue feroz (la que ahora termina, entre Clinton y Sanders, sin anuncios negativos entre ellos, ha sido una campaña plácida en comparación). Durante su gestión Obama la nombró secretaria de Estado e incluso pertenecen a la misma órbita ideológica: el centroizquierda pragmático. De hecho parte del equipo de Clinton trabajó con Obama.