Mientras se llevaban a cabo marchas en contra de la violencia de género y femicidios en todo el país, tres individuos interceptaron a una joven de 19 años cuando iba camino a la escuela, la obligaron a subir a un auto y la violaron. Luego la abandonaron en el muelle del Club de Pesca de la localidad marplatense del barrio Parque Palermo.

La víctima recurrió a su cuñado, pero al no encontrarlo, fue al lugar de trabajo de su novio, que se desempeña como carpintero en un local de venta de muebles. Luego de recibir la contención de su familia, y en estado de shock, fue a formular la denuncia correspondiente a la Comisaría de la Mujer y la Familia.

Al verificar el hecho, con la intervención de personal médico, se inició una causa judicial que quedó a cargo de la fiscal Andrea Gómez, y con ella la investigación que permita dar con los agresores. Los atacantes tenían sus rostros cubiertos y no había dispositivos de vigilancia colocados en el sector donde sucedió el rapto, informó la funcionaria judicial.

Por su parte, la muchacha recibió asistencia psicológica, como lo indica el protocolo dispuesto para estos casos. Además, le hicieron una revisación médica en la cual le extrajeron material genético para cotejar con perfiles de personas que figuran en los registros de abusos sexuales de la ciudad.

Este aberrante hecho se produjo pocos días después del caso de Lucía Pérez (16), la adolescente que fue drogada, violada, torturada y asesinada en esa misma localidad. A partir de esta muerte se reactivaron las protestas por los femicidios perpetrados en el país y decenas de organizaciones confluyeron en una marcha nacional contra la violencia de género que convocó a miles de personas en distintos puntos del territorio nacional.

En Mendoza marcharon miles de personas, mujeres que desean salir sin miedo a la calle, hombres que repudian la violencia machista, y niños y niñas que quieren crecer con una mamá, una hermana, una prima, una tía, una abuela, una amiga.