“Hoy podemos ser lo que queremos, pero tenemos que ser el mejor”

Mario Pergolini, innovador dedicado a la producción tecnológica

La frase del exconductor de televisión y radio suena a exitista, pero tiene un contexto más amplio. El ahora empresario dedicado a diseñar y programar videojuegos dijo más en una entrevista televisiva: “Hay que ser el mejor, porque la competencia es muy grande. Por eso tenemos que estar muy atentos en lo que está pasando con nuestra educación”.

Esta entrega de abril de 2019 de Edición U tiene por cometido mostrar qué hace la UNCuyo para que en un mundo mutante se den respuestas a los problemas de las personas que interactúan cada vez con más fluidez y demandan productos de consumo. En este despliegue de informes confeccionados por cronistas de Unidiversidad, se presenta un grupo de acciones útiles para “espiar” cómo se domará el porvenir con grandes novedades.

En un cuadro complejo, en apariencia, el verbo “acelerar” y todas sus conjugaciones evidencian el clima innovador.

Es Guillermo Cruz, secretario de Extensión y Vinculación, quien se anota en ese tren para ayudar a los proyectos nacidos de la incubadora de empresas para acelerar procesos productivos.

Déjenme hace un aporte en esta exploración del fenómeno de la innovación, familiar directa de la creatividad. Hay que prestar atención a lo que sostiene Dolores Lettelier, a cargo de la Secretaría Académica, cuando subraya que el objetivo es dotar a los estudiantes de los colegios preuniversitarios de las capacidades para resolver problemas complejos.

Una observación: en las escuelas secundarias hay futuros ciudadanos mendocinos que se están formando para realidades distintas y en constante cambio.

La curiosidad que nace de adelantarnos a esa Mendoza que viene hizo que me enfocara fuera de la UNCuyo y escuchara a un docente sobre este asunto de la aceleración de los tiempos y la solución de los problemas complejos a resolver.

Me dio una pista el director de la escuela Vicente Zapata (dependiente de la Provincia), con orientación artística. Se llama Claudio Peña el profesor que está al frente de 800 estudiantes, chicas y chicos en pleno crecimiento. “Vemos a nuestros alumnos como potenciales 'prosumidores', ya son consumidores y aquí aprenden y se contienen como productores”, explicó.

Mirando otra vez hacia los claustros universitarios, advertiremos como resultado de esta incursión que desde hace un tiempo se viene impulsando el necesario “clima innovador”, aunque ese proceso traiga más problemas que soluciones inmediatas.

Por eso mismo, “una sociedad innovadora tiene la capacidad de aprender de sí mima”, me dijo Héctor Smud, el secretario de Economía y de Servicios de la casa de estudios que nos contiene y nos impulsa.

Una advertencia: la impresión que puede surgir después de leer las próximas notas es que estamos parados al borde de un abismo. Puede dar vértigo leer esto. Darnos cuenta de que es una necesidad ser creativos nos pondrá en ventaja (aceleraremos) y canalizaremos todo ese caudal de demanda a futuro, que debe ser acorde al desarrollo humano sustentable. Un camino que nos lleve a vivir mejor. De esto se trata Edición U de abril.