La idea es hacer un repaso de la vida y obra de Steve Jobs, el reconocido creador de la empresa Apple, empresario y magnate de los negocios del sector informático y de la industria del entretenimiento estadounidense; que falleció el pasado 5 de octubre. “Por un lado indagamos más en la vida, en los fracasos, en los éxitos; y por otra, en su producto y el efecto que éstos han tenido”, comentaba Flavio Albarracín.

Steve Jobs fundó Apple en 1976 junto con un amigo de la adolescencia, Steve Wozniak, en el garaje de su casa. Aupado por el éxito de su Apple II Jobs obtuvo una gran relevancia pública. Contaba con 26 años y ya era millonario gracias a la exitosa salida a bolsa de la compañía a finales del año anterior. La década de los 80 supuso la entrada de potentes competidores en el mercado de los ordenadores personales, lo que originó las primeras dificultades empresariales. Su reacción fue innovar, o mejor dicho, implementar: a principios de 1984 su compañía lanzaba el Macintosh 128K, que fue el primer ordenador personal que se comercializó exitosamente que usaba una interfaz gráfica de usuario (GUI) y un ratón en vez de la línea de comandos. Después de tener problemas con la cúpula directiva de la empresa que él mismo fundó, fue despedido de Apple Computer en 1985. Jobs vendió entonces todas sus acciones, salvo una. Luego, en 1997, regresó a la compañía, que se encontraba en graves dificultades financieras, y fue su director ejecutivo hasta el 24 de agosto de 2011. En ese verano Apple sobrepasó a Exxon como la empresa con mayor capitalización del mundo.

“La producción de Jobs excede a la medicina, ha modificado la manera de informarse, de estudiar de relacionarse con los conocimientos. Que hoy en día, un chico, puedo llevar en su bolsillo o en su mochila una cantidad de información que hace unos años atrás hubiese sido imposible, permite un intercambio de información a nivel profesor-alumno, paciente-médico, etc”, decía el médico hematólogo. “Dentro de la vida de Steve, lo que más le llamó la atención fue el hecho que Jobs tuvo que vivir con el karma de ser hijo adoptado, él nunca pudo superar eso, eso lo llevó a una búsqueda introspectiva que lo llevó a un desarrollo de espiritualidad en donde se convirtió al budismo. Él además tuvo una hija a la cual no reconoció hasta los 6 años. Uno de los rasgos en la personalidad de Steve es que fue muy duro con sus empleados, tenía una personalidad muy agresiva, quería todo a su gusto lo cual le generó muchos problemas. Además de las idas y vueltas que tuvo que pasar y volver a refundarse en su carrera. Eso me parece increíble, cuando uno piensa que esta todo mal y logra recuperarse y volver a posicionarse”, reflexionaba el médico.

Desde el costado informático, Marcos Albarracín lo ve como “el mejor presentador y ejecutivo que yo he visto. Las innovaciones que ha hecho y los diseños han generado un impacto que me han generado admiración”. En cuanto a su visión como empresario, el Ingeniero sostuvo que “siempre se lo estimó como un elitista porque no quería hacer lo que Microsoft hacía, sus creaciones estuvo pensado para un público que no se sentía representado por Microsoft. Y para poder hacer un producto como los que hacía Steve Jobs se necesita dinero, no se podría haber realizado de otra manera”.

¿La informática que se viene? “La última parte de la charla tiene que ver con qué va a hacer de la industria de la informática ya con un Bill Gates retirado y un Steve Jobs muerto. Una de las cosas que se plantea es que va a ver como una especie de falta de rebeldes, de esas personas que no se mueven dentro de los estándares, lo que les dicen los jefes o cumplir con determinados estamentos. Va a hacer falta que alguien se salga de esto y rompa paradigmas. Yo creo que es difícil encontrar información cuando parece que está todo inventado”, concluía Flavio Albarracín.