La función social del agua en un modelo más justo de producción agrícola
Facundo Martín es becario posdoctoral de CONICET en el INCIHUSA, doctor en Ciencias Sociales de la UBA –cuyo tema de investigación doctoral fue Ecología Política- y explica ciertas condiciones que deben darse en Mendoza para poder discutir el tema del desarrollo sustentable o autosustentable en nuestra provincia.
Facundo Martín, doctor en ciencias sociales. Foto: Axel Lloret.
El desarrollo sustentable es un tema complejo. En lo primero que pensaría es en la escala. Hay que preguntarse si a nivel nacional, regional o provincial se puede hacer. Obviamente se pueden hacer muchas cosas. Pero ¿Qué es alcanzar el desarrollo sustentable o autosustentable? Al respecto Martín asegura “la preocupación por el ambiente y por el desarrollo sustentable tiene una historia larga y en la actualidad pareciera que estamos todos de acuerdo. Desde las multinacionales y todo el espectro ideológico y político están de acuerdo con el desarrollo sustentable. Cuando eso sucede hay que preocuparse, porque quiere decir que de alguna manera también se ha vaciado, a nivel conceptual, qué es en definitiva el desarrollo sustentable”.
En este marco de total acuerdo también se enmarca la discusión sobre la alimentación: hay en el mundo crisis alimentarias y no es un problema solucionado el hambre. En Argentina y Mendoza no son problemas que se presenten tan delicados como en otros lugares, lo que no significa que estén totalmente remediados.
El becario de CONICET asegura “yo creo que se pueden hacer muchas cosas, pero más que poder, se deben hacer muchas cosas. El sistema productivo mendocino tiene una particularidad, su moneda fuerte, el pilar en el que está basado no es un alimento básico, la uva para vino. Eso de alguna manera complica la mirada sobre lo que implica desarrollar una producción autosustentable porque podríamos pensar que lo autosustentable hace referencia a una idea de soberanía y autoconsumo. En general el modelo productivo mendocino se ha ido orientando a la producción de uva para vinos de exportación. Por lo tanto lo que se ha desarrollado mucho es otra corriente que sería la de certificación de productos orgánicos. Según mi parecer esto tiene muy poco que ver con lo autosustentable porque se trata de poder captar un nicho de mercado formado por consumidores con alto poder adquisitivo”.
En tanto afirma que de esta forma deberíamos hablar de una “agricultura certificada” que realizan prácticas orgánicas o ambientales o responsables con el medioambiente, pero que el objetivo final de eso es captar un nicho de mercado o dar un valor agregado al producto. De esa forma asegura, se ha ido vaciando de contenido el discurso de muchas de las luchas ambientalistas e incluso grandes empresas que son las mayores causantes de contaminación hablan de “desarrollo y agricultura sustentable”.
Un claro ejemplo de lo que sostiene Facundo es la serie de declaraciones de Alan Stephens, una de las autoridades de Coro Mining, la empresa que regentea el proyecto minero San Jorge realizó en una nota al diario digital MDZ donde sostuvo “yo prefiero el desarrollo sustentable que el subdesarrollo sostenido, que va a ser el resultado de las políticas que quieren imponer los antimineros. Porque, en el fondo, no hay crecimiento si no hay inversión. Y no hay inversión cuando se imponen condiciones antiinversión”. Este tipo de declaraciones por parte de unas de las autoridades de una empresa que realiza extracción resulta, cuando menos, indignante.
Para nuestra provincia el doctor en Ciencias Sociales asegura que es preciso trascender a los partidos políticos y generar una política unificada y un plan a futuro serio. A propósito de esto asevera que “la experiencia del Plan Estratégico de Mendoza creo que fue un avance en ese sentido, porque implicó uno de los debates más amplios que se ha dado en la provincia. Fueron bastante profundas sus conclusiones, por lo tanto al gobierno y a los partidos políticos les preocupó mucho. Si bien se habla del agua y del cambio climático, es porque hay acuerdo en que va a haber menos agua en los próximos años. Cómo se va a distribuir o cómo se va a concentrar esa agua es el gran debate que nos tenemos que dar. Yo creo que lo mínimo que hay que hacer es democratizar la información, el diagnóstico y las distintas voces sobre qué está pasando con el agua, cómo se distribuye y qué es lo que hay que hacer”.
Para finalizar Facundo Martín sostiene que es preciso abrir un debate e incluir a los actores que históricamente, y actualmente cada vez más, están excluidos del acceso al agua, tanto en el campo como en la ciudad para discutir –fundamentalmente- la función social del agua. “Porque lo que interesa en el fondo es eso, es que como sociedad, como mendocinos, definamos qué uso le queremos dar al agua. Sin imponer a priori criterios de ‘eficiencia’, que rápidamente se transforman en criterios de eficiencia económica. Entonces quien usa el agua es quien más plata puede producir con ella y así no hay sustentabilidad posible”.