Con el comienzo de clases en el horizonte, desde el Ministerio de Salud informaron cómo funcionará este año la vacunación escolar. La novedad es que no se solicitará autorización de los padres antes de la colocación de las vacunas a los estudiantes.

La Ley 22909, que establece la obligatoriedad de las vacunas, fue sancionada en 1983. Ahora, según explicó Iris Aguilar, directora del Vacunatorio Central, “estamos reorganizando y poniendo en valor el protocolo”.

“Nosotros este año vamos a enviar una notificación diciendo qué vacunas se aplican, pero no hace falta que venga ningún consentimiento firmado por los padres para hacer que un niño se vacune”, afirmó Aguilar a Unidiversidad.

La vacunación es un derecho

¿Qué sucede si alguien no quiere que sus hijos se vacunen? “No se trata de sancionar, se trata de poner en valor que la vacunación es obligatoria porque si yo no me vacuno, no me pongo en riesgo solamente yo, sino que pongo en riesgo a la comunidad”, dijo Aguilar.

En caso de que los padres, tutores o curadores se nieguen a la vacunación, se le notificará al órgano administrativo local correspondiente y este hará el seguimiento para que se cumpla la vacunación. Además, quienes se nieguen podrían enfrentarse a sanciones.

La Ley de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes dice en su artículo 30 que los funcionarios deberán comunicar cuando se vulneren los derechos de dichos grupos “bajo apercibimiento de incurrir en responsabilidad por dicha omisión”.

Reparos para no vacunarse

Las únicas razones para omitir la colocación de vacunas son poseer antecedentes de una reacción alérgica comprometedora o tener una enfermedad con una supresión grave que impida que se coloquen dos de las vacunas: la Sabin y la triple vírica. “Las demás no tienen contraindicaciones”, aclaró la directora del Vacunatorio Central. Por supuesto, es necesario que la información esté respaldada por un certificado médico.