El circo comenzó. Pidieron que volviera el fútbol como si la situación que vivimos fuera normal y claramente no lo es, porque día tras día los casos aumentan y, lamentablemente, mucha gente pierde la vida.

A diario se pide que la pelota se ponga en marcha en nuestro país pero no entienden, o no quieren entender, que la situación que atravesamos es muy delicada. Entiendo que del otro lado están los futbolistas y tienen una familia a la cual mantener, pero no creo que la solución sea largarlos a entrenar o jugar como sea, sabiendo que el virus en Argentina atraviesa su momento más crítico.

Un ejemplo claro es el día que volvieron los entrenamientos en el país. A las pocas horas y días, había múltiples jugadores que dieron positivos de coronavirus y en algunos casos, clubes explotaron con casos positivos, como lo que ocurrió con Boca que hasta hace días llegó a tener 27 contagiados entre futbolistas e integrantes del cuerpo técnico.

Ni hablar del papelón de Copa Libertadores que hace jugar a equipos que tienen futbolistas contagiados. El ejemplo más claro son los clubes brasileños, que a diario vemos como suspenden los partidos de su liga por los múltiples casos. Realmente es una locura que esto sea así porque lo perjudicados son ellos, los jugadores que salen a la cancha y tienen que pagar las consecuencias.

También podemos trasladar estos problemas a Mendoza que está atravesando el momento más crítico de la pandemia. Que vuelvan los entrenamientos en el pico máximo me parece una locura, ya que tuvimos casos de jugadores contagiados en Godoy Cruz hace un par de semanas, además del coordinador de Gimnasia y un refuerzo de Independiente Rivadavia.

El fútbol es un espectáculo para todos y queremos que vuelva, pero también tenemos que ser conscientes que bajo estas condiciones es imposible que se juegue o se quiera intentar jugar. El país tiene a diario por encima de 10.000 casos y la provincia promedia los 650 casos por jornada. Esta es la realidad por si no se dieron cuenta.

Pero me olvidaba de algo muy importante, el fútbol es un negocio y lo único que les interesa, es la plata y no es solamente ahora, siempre lo fue. Entonces están dispuestos a “sacrificar” a los futbolistas para que el negocio y los intereses sigan de pie. Que siga show. El circo es cada vez más grande.