Nicolás del Caño: una guitarra olvidada, su gusto "ricotero" y siempre listo para el ajedrez

Es diputado Nacional por el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en el Frente de Izquierda Unidad; comenzó su militancia a los 16 años en Córdoba y se trasladó a Mendoza donde estudió Sociología y construyó el partido político que lo llevó dos veces al Congreso. En esta nota, el lado menos público de Del Caño.

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Publicado el 26 DE SEPTIEMBRE DE 2022

Es Diputado Nacional por el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en el Frente de Izquierda; comenzó su militancia a los 16 años en Córdoba y se trasladó a Mendoza donde estudió Sociología y construyó el partido político que lo llevó dos veces al Congreso.

Nicolás es hincha del equipo de fútbol de Belgrano, de Córdoba, donde nació, el 6 de febrero de 1980. Fue dirigente estudiantil y actualmente dirigente nacional del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), partido de orientación trotskista por el que ha sido electo dos veces como diputado nacional y candidato a presidente por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores en 2015 y 2019.

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Comenzó su militancia a los 16 años en el centro de estudiantes de su escuela secundaria. Ingresó luego en la Universidad Nacional de Córdoba donde integró la conducción del centro de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

Mendoza, tierra de siembra política

En 2006, se trasladó a Mendoza para construir el PTS. Ingresó a la Universidad Nacional de Cuyo, donde estudió Sociología al tiempo que tuvo distintos empleos, como vendedor de ropa o empleado de callcenter.

Nico tiene mucho afecto por Mendoza, su provincia "por adopción" en su juventud. La Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO muchas veces la menciona en sus charlas personales como una gran casa de formación para él. Pero, sobre todo, guarda un afecto especial por el Barrio Cano, dónde vivió la mayoría de los años que estuvo en la provincia. Es un verdadero fanático del barrio, y siempre recuerda a sus vecinos y toda la vida social y cultural que tenía el barrio.

En cuanto a la música, le gusta mucho Las Pelotas, Karamelo Santo, Los Redonditos de Ricota, aunque nunca pudo presenciar un "pogo ricotero".

A del Caño le gusta jugar al ajedrez, y sabe jugar aseguran sus allegados. Su afición por el juego-ciencia fue cuando cayó un mes en cama por enfermedad durante su niñez. Fue en ese momento donde recibió el primer tablero y nunca lo dejó, hasta estos días, en que despunta el vicio con su padre.

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