Nara, Icardi y Suárez: "El machismo ubica el conflicto entre ellas dos y a él lo deja afuera"

En el escándalo del momento –Nara, Icardi y Suárez–, el machismo cargó las tintas contra la "China" Suárez y, al mismo tiempo, quitó responsabilidad de la situación al varón en cuestión. Columna con Julia López, editora de género de Unidiversidad.

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Publicado el 21 DE OCTUBRE DE 2021

El problema entre Wanda Nara, Mauri Icardi y Eugenia “China” Suárez ha tomado relevancia mediática. Se habla del tema en medios de comunicación, redes sociales y espacios laborales, familiares y amistosos. Sin embargo, los comentarios apuntan, en general, contra Suárez, que viene a ser “la tercera en discordia” del asunto. La editora de género de Unidiversidad, Julia López, señaló que “hay un ataque machista casi coordinado contra una forma de ser mujer”.

La reflexión en la columna apunta a preguntarse por qué aparece la China Suárez como “la mala de la película”. “El machismo que nos rodea ubica el conflicto entre ellas dos, a él lo deja afuera”, puntualizó la editora. Esto se debe a la reproducción constante del estereotipo de rivalidad y competencia entre las mujeres. Sobre Icardi, el varón en cuestión, no se dice nada, a pesar de que él es quien está en pareja y comete una infidelidad.

“Todas las personas, cuando tenemos una relación, establecemos un contrato de cómo va a ser nuestra pareja. En este caso, aparentemente han pactado una pareja monogámica en la que no se permite el coqueteo con otras personas. Es decir que el que falló fue él. Él le falló al pacto que tiene con su pareja —Wanda Nara—, pero el escarnio público se dirige contra la China Suárez”, que es una persona soltera, detalló López.

Esto sucede, explica, porque ella “representa todo lo que el machismo castiga: una mujer con deseo propio”. La figura de la China Suárez “es la de la mujer que rechaza la pasividad erótica”, en la que tiene lugar como objeto de deseo, pero nunca como sujeto. Justamente por demostrar ser ese tipo de mujer, ha sido puesta en “posición de villana”. Es quien atenta contra “una de las instituciones más sagradas para el patriarcado: la familia heterosexual y monogámica”.

“Ser desleal al pacto de una pareja es una decisión que una persona toma con relación a su pareja, no a la tercera. Con la tercera no hay pacto de fidelidad”, remarcó Julia López. Pero, asegura, quitarle la responsabilidad al varón también es parte de la reproducción del machismo: “No estamos responsabilizando socialmente a los varones de los pactos con los vínculos que ellos mismos generan”. 

Ser insultada permanentemente es violencia simbólica y eso, para las víctimas, trae consecuencias que no se pueden dimensionar. Se afectan derechos como la integridad, la reputación y la dignidad. Es imposible medir el daño que se le ocasiona a su carrera profesional o a su salud mental. 

“Es inadmisible la difusión de mensaje que promuevan la discriminación, la difamación, la humillación de una persona y particularmente que atenten contra la dignidad de las mujeres. Es inadmisible que se reproduzcan mensajes que promuevan el maltrato, la discriminación, la humillación hacia cualquier mujer”, especificó López.

Esto pasó de ser un escándalo público de la farándula a un hecho concreto de violencia mediática contra la China Suárez. De hecho ella accionó judicialmente contra el programa de Ángel de Brito y prohibió difundir, referir o comentar cualquier correspondencia suya de carácter privado. Como respuesta, un comentario de las panelistas contuvo una amenaza de difusión de imágenes íntimas. 

Esto demuestra que la reacción contra la China Suárez es, más bien, una herramienta más de aleccionamiento patriarcal: “Es un castigo a las mujeres que actúan como sujeto de deseo sexual”.