Un debate reveló la ausencia de políticas públicas sobre el aborto

Fue en la UNCUYO con motivo del Día de Acción Global por la Despenalización del Aborto. Reclaman un abordaje integral de los tres poderes del Estado.

Un debate reveló la ausencia de políticas públicas sobre el aborto

Ilustración sobre la campaña y el movimiento de mujeres por la despenalización del aborto. Imagen publicada en abortolegal.com.ar.

Sociedad

Aborto no punible

Unidiversidad

Milagros Martín Varela

Publicado el 28 DE SEPTIEMBRE DE 2017

No se trata de un deseo ni de un capricho. Tampoco es un asesinato ni un pecado. No es un delito. Se trata de una opción, una decisión de vida, una cuestión de salud y –sobre todo– de un derecho. Desde hace más de veinte años, cada 28 de septiembre se conmemora el Día de Acción Global por la Despenalización del Aborto. No sólo se trata de conmemorar, sino también de –como el nombre lo indica– accionar.

En la actualidad, un debate para un abordaje integral del tema es una forma de acción y eso es lo que organizó el Instituto Multidisciplinario de Estudios de Género y Mujeres (Idegem) de la UNCUYO. “Es una fecha que se fijó en la década del 90 en un Encuentro Latinoamericano de Mujeres que se hizo aquí en Argentina. Se fijó el 28 de septiembre en homenaje, o recordando, el 28 de septiembre de 1871, cuando en Brasil se dictó la Ley de Libertad de Vientres”, explicó Carlos Lombardi, el vicepresidente del Instituto.

En este contexto, el abogado comentó que los principales desafíos para que se despenalice el aborto tienen que ver con la dirigencia política, en un sentido amplio de la palabra. Los tres poderes del Estado deben tomar cartas en el asunto: que el órgano legislativo dé el debate que tiene que dar en materia de despenalización del aborto en general, y las distintas provincias y el gobierno nacional ajusten los detalles para que los protocolos sobre aborto no punible puedan efectivizarse cada vez que una mujer solicite un aborto.

El debate fue organizado por el Idegem y se realizó en la Facultad de Derecho de la UNCUYO. Foto: Victoria Gaitán.

 

Un derecho

En la jornada disertó, entre otras, Eleonora Lamm, abogada y especialista en bioética. La especialista habló sobre el aborto y los derechos humanos y aseguró, por empezar, que la primera razón por la que desde el punto legal debería despenalizarse el aborto es porque, en este sentido, la función que debería cumplir una penalización es ineficaz. Según Lamm, y citando algunas estadísticas, en nuestro país son alrededor de 500 mil las mujeres que recurren al aborto anualmente. Son muy pocas las que terminan condenadas por aborto y, además, la penalización no cumple una función preventiva.

Eleonora Lamm, abogada y especialista en bioética. Foto: Victoria Gaitán.

 

“Penalizar una práctica tiene en principio una función preventiva y en este caso no se cumple, porque sabemos que las mujeres que se enfrentan a un embarazo no deseado recurren al aborto, en una a otra situación, en condiciones seguras o inseguras según la condición socioeconómica de la mujer”, manifestó la referente. Agregó: “Penalizar esta práctica termina siendo una penalización a la pobreza. Esas mujeres son denunciadas por médicos que violan el secreto profesional y denuncian el aborto en estas condiciones. Estas son las únicas mujeres que terminan sufriendo las consecuencias de la penalización”. En conclusión, dijo que todas las consecuencias que implica esta situación constituyen una violación a los derechos humanos.

Además, Lamm explicó que, legalmente –a nivel mundial–, está demostrado que despenalizar el aborto no aumenta el número de abortos, y penalizarlo tampoco lo disminuye. Por lo tanto, propuso que para que haya menos interrupciones de embarazos se debería enfatizar en educación sexual, en anticonceptivos y en implementar políticas públicas que reduzcan el número de embarazos no deseados.

Sobre el protocolo de aborto no punible, la especialista sostuvo que no es más que una guía de práctica; la adhesión al mismo no evidenciaría más que una voluntad política de cumplir o no cumplir la ley, “pero la ley se tiene que cumplir con o sin protocolo”, sentenció. Agregó que “el protocolo, en este caso, está siendo una excusa para no cumplir con la ley, y esto, valga la redundancia, es ilegal”.

Por último, la letrada aseguró que el derecho al aborto está contemplado en el artículo 26 del Código Civil y Comercial y en el 86 del Código Procesal Penal; en la Convención de Cedaw y en la Convención Internacional de los Derechos del Niño. En este sentido, dijo que la consigna no debería ser “aborto legal para no morir”, sino “aborto legal para decidir cómo vivir”, porque las mujeres no tienen que estar al borde de la muerte para reclamar por sus derechos.

 

Una cuestión de salud pública

Otras de las disertantes fueron las médicas Laura Salem, Juana Herrera Epelman y la especialista en salud pública Ana María Andía. Esta última comentó que, estadísticamente, hay un aborto cada dos nacidos vivos y que, en materia de política pública, son mucho más caras las consecuencias de la penalización del aborto que la despenalización y prevención.

Por su parte, Herrera Epelman –quien ha egresado de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO recientemente y que es parte de la agrupación La Simona de esa unidad académica– aseguró en su charla que los médicos tienen la posibilidad de garantizar derechos a todos sus pacientes y que, en el caso del aborto, hay profesionales que en lugar de garantizarlos, obstaculizan el acceso a ellos por parte de las mujeres.

Juana Herrera Epelman, de la Agrupación La Simona de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO. Foto: Victoria Gaitán.

 

Además, afirmó que hay una notable carencia de capacitaciones sobre el tema, lo que fortalece al modelo médico hegemónico y que también se han cometido ilegalidades, como prohibir la venta de misoprostol, un fármaco que constituye uno de los métodos más seguros para abortar.

En este sentido, Salem, que lleva 24 años en el ejercicio de la medicina, profundizó en el tema y habló de la dificultad de asesorar y apoyar como médica a sus pacientes que solicitan abortar. Aseguró que el aborto no es una situación que alguien desee, sino que debe ser una opción, una posibilidad segura para la salud de la mujer y que con la penalización, lo que se condena son los derechos de las mujeres.

 

Una bandera

Fabiana Grasselli, de la agrupación La Malona Rosa y de Socorristas en Red, siguiendo con la penalización del aborto como avasallamiento sobre la mujer, consideró que a las mujeres que deciden abortar se las “empuja” a la situación de clandestinidad, que implica un contexto de soledad y de culpabilización a la mujer. Por lo tanto, resulta importante acompañar a esas mujeres, apoyarlas en una manifestación de sororidad, de decisión política feminista y contrahegemónica.

Fabiana Grasselli, de la agrupación La Malona Rosa y Socorristas en Red. Foto: Victoria Gaitán.

 

Además, comentó que las Socorristas en Red forman consejerías colectivas para mujeres que quieren abortar, las asesoran, informan y les facilitan la posibilidad de ejercer ese derecho. Grasselli dijo que bajo esa experiencia, ha visto que no es una cuestión sólo de jóvenes y adolescentes, ni siquiera exclusiva de violaciones, sino que hay una amplia gama de violencias cotidianas que son invisibilizadas.

La referente afirmó que el 50 % de las mujeres que acuden a las consejerías refieren que sufrieron algún tipo de violencia; el 20 % asegura que el hombre no quería utilizar preservativos al mantener la relación sexual y otro 20 % ha sufrido violaciones en tanto han sido coaccionadas para tener relaciones sexuales cuando no querían hacerlo.

 

Un tema mediatizado

Eva Rodríguez Agüero, directora del Idegem y una de las organizadoras del evento, es comunicadora social y docente en la carrera de Comunicación Social que se estudia en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO. Ella, en diálogo con Unidiversidad, comentó su postura con respecto al tratamiento mediático del aborto legal.

Eva Rodríguez Agüero, comunicadora social y directora del Idegem. Foto: Victoria Gaitán.

“Considero que una de las cuestiones en la que nuestros y nuestras colegas periodistas generalmente incurren es en una cuestión un poco maniquea o binaria de las dos posturas, las dos campanas”, manifestó Rodríguez Agüero, aunque aclaró que, indudablemente, hay abordajes mediáticos más responsables.

Además, opinó que existe dificultad para mantener el tema en agenda, y cuando el debate llega a los medios, a veces se habla sobre estas dos campanas y no necesariamente se informa sobre el tema. Según la especialista, existe una lógica mediática que tiende a mostrar que la polaridad vende y esto lleva a visibilizar el debate, pero no implica un debate que aborde de manera integral y profunda el tema.

 

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