En diciembre del 2015 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) estableció el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia con la finalidad de otorgar reconocimiento a la figura femenina dentro del ámbito y promover la igualdad entre varones y mujeres. Unidiversidad dialogó con Laura Giambiagi, geóloga e investigadora del Conicet, y con Andrea Duplancic, bióloga y doctora en Ciencias Biológicas. Cómo es ser mujer y científica en la provincia de Mendoza.

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“La primera vez que me miraron raro por estudiar Geología fue en la carrera. Fue un shock porque yo me preguntaba: ‘¿Por qué no?’. Algunos pocos profesores, por suerte, me decían que no lo iba a lograr, pero no hice caso. Le di para adelante”, recordó Laura sobre sus años como estudiante universitaria en la década de los 90.

Laura es mendocina por elección. Estudió Geología en la UBA y terminó su carrera desde Mendoza. Si bien nació en Buenos Aires, asegura que desde pequeña se interesó por las montañas y cuando iba de campamento con sus padres al sur argentino jugaba a ser andinista. “Tuve que irme de Buenos Aires porque allí había mucho edificio, mucho cemento. Lo que me gustaba estaba en Mendoza”, aseguró.

Actualmente Laura trabaja en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), donde se desempeña como investigadora.

Apasionada por los Andes, su estudio se basa en conocer de qué manera las formaciones rocosas de las montañas mendocinas logran consolidarse. Por este motivo, al menos una vez por mes Laura sale con su equipo de trabajo a recolectar datos que les permitan ampliar sus conocimientos sobre los picos montañosos de la región.

“Recolectamos datos de las rocas. Me interesa saber cómo se fractura la roca y cómo en 100 millones de años se han logrado levantar estas montañas que rodean el suelo mendocino. Me importa el cómo y el por qué”, enfatizó la científica.

Laura Giambiagi (izquierda) desempeñando su labor.

Laura destaca el lugar que ha tomado la mujer en los últimos años y el reconocimiento que se ha ganado, sobre todo en Argentina y cómo ha dejado de tomar en cuenta los prejuicios de la sociedad, profesores o compañeros.

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Por su parte, Andrea es licenciada en Biología y doctora en Ciencias Biológicas y se presenta como “la mamá de Simón”. La joven fue madre hace un año y medio y asegura que combina la maternidad con tu trabajo con total plenitud.

En la actualidad de desarrolla como docente investigadora en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCUYO, además es directora del Ciclo General de Conocimientos Básicos que abarca los primeros dos años de toda la oferta educativa de esa Facultad.

“Respecto a la disciplina en la que me desarrollo hay una mucha historia de las mujeres en el ámbito de la biología y las ciencias naturales que en el día de hoy está mucho más visibilizada y se reconocen los logros y los avances de las mujeres en las ciencias. Yo siempre tuve la suerte de insertarme en grupos compuestos por varones y mujeres y siempre fui muy respetada por mis colegas”, afirmó Andrea.

Al igual que Laura, la vocación de Andrea viene desde su infancia y cuando decidió estudiar Biología. En este entonces la carrera no existía en Mendoza, por lo que tuvo que trasladarse a la provincia de San Juan, donde se mudó con su hermana mayor y otras jóvenes mendocinas con las que, según asegura, el vínculo fue muy fuerte y la ayudaron a vivir mejor el desarraigo.

“Es importante que las chicas sigan su vocación, porque con esfuerzo las cosas se logran y que no teman, porque hay lugar para todas nosotras en donde se nos valora y se nos reconoce por nuestro trabajo y nuestro esmero. Animarse y salir adelante”, concluyó la joven bióloga.