Más allá de Netflix: un recorrido alternativo a las grandes plataformas

Sociedad

Los detectives de esa dependencia están investigando cómo y qué tipo de proyectil se descargó. Ninguna persona fue detenida todavía.

Hollywood ya ha vivido otras experiencias en las que la negligencia humana y la mala suerte terminan causando muertes. Quizá las tres que más se recuerdan en la historia sucedieron con décadas de diferencia, en rodajes de películas que finalmente vieron la luz. La radiación, un helicóptero y otra arma cargada con municiones reales fueron los objetos protagonistas. Las siguientes son las historias.

Una película radioactiva

John Wayne era la estrella por antonomasia del western clásico de Hollywood. En 1956, se obsesionó con interpretar al mongol Temujin, más conocido como Genghis Khan, en la película El conquistador (The conqueror).

El conquistador fue filmada en las afueras de la polvorienta ciudad de St. George, en Utah, cerca del estado de Nevada, que se encuentra a unos 160 kilómetros de la zona de pruebas nucleares del gobierno de los Estados Unidos. Solo en 1953, el gobierno hizo 11 pruebas nucleares en ese lugar y aseguraba a los residentes de St. George que no había peligro por la radiación.

El productor Howard Hughes prefería que la película se rodase en las locaciones reales que se veían en el guion, pero la Guerra Fría como contexto hacía imposible que las estepas de Mongolia fueran una posibilidad real. Entonces, se decidió optar por St. George por tener una geografía similar.

Mientras filmaban, la arena del desierto brillaba. Todo el equipo sabía que la zona tenía una radioactividad muy alta, pero se desconocían las implicancias reales porque todavía no estaba tan estudiada la relación del polvo radiactivo con el cáncer.

Para colmo, al terminar el rodaje, los montadores pidieron una serie de tomas extras. Como el presupuesto ya se había superado y no se podía enviar de nuevo un equipo al desierto, se decidió llevar 60 toneladas de esa arena "brillante" a los estudios para rodar en plató en Hollywood, por lo que la exposición a la radiación prosiguió en la meca del cine estadounidense.

De los 220 integrantes del equipo, en los años siguientes fallecieron 150 por cáncer. Entre ellos, se cuentan John Wayne, Victor Young (compositor de la banda sonora) y Dick Powell (director de la película).

El caso que expuso el trabajo infantil en Hollywood

Otro incidente trágico en la historia del cine ocurrió el 23 de julio de 1982 en el set de grabación de la película La dimensión desconocida (The Twilight Zone). Una de las escenas estaba ambientada en Vietnam e involucraba un helicóptero volando a baja altura en medio de explosiones.

El director John Landis insistía para que el piloto volara más bajo. El desastre se desató cuando el vehículo fue alcanzado por pirotecnia de utilería. Esto hizo que el helicóptero cayera sobre el actor Vic Morrow (53) y sobre dos niños actores: Myca Dinh Le (7) y Renee Shin-Yi Chen (6). Los dos primeros murieron decapitados por las hélices, mientras que la niña de 6 años fue aplastada por el vehículo.  

A raíz de esta tragedia, se inició una controversia en Hollywood por el uso de actores niños en películas, así como el uso de helicópteros. John Landis y cuatro socios fueron absueltos en un juicio penal que los acusaba de negligencia y de trabajo infantil ilegal.

La trágica muerte del hijo de Bruce Lee

Hace 27 años, hubo un caso muy similar al de Alec Baldwin. Sucedió mientras se filmaba El cuervo (The crow), de 1994, una película basada en un cómic. El cuervo adquirió un aura de misticismo por un accidente en su rodaje que le arrebató la vida al actor Brandon Lee, hijo del histórico Bruce Lee.

El 31 de marzo de 1993 se grababa una de las escenas principales. El libreto marcaba que el personaje estelar entraría a una sala llena de matones donde le dispararían. El problema fue que el arma utilizada por el actor Michael Massee estaba cargada con municiones reales, y el impacto del disparó lastimó a Brandon Lee.

Cuando el reparto y equipo de producción de El cuervo notaron que el actor no se levantaba, lo trasladaron inmediatamente al hospital, pero los intentos de salvarlo fueron en vano. Se supo que la bala perforó el abdomen (específicamente el estómago) y varios órganos vitales, y se detuvo al lado de su espina dorsal. El metraje de la toma fatal fue utilizado como evidencia en la investigación, y más tarde fue quemado personalmente por el director Alex Proyas.