Mitos y verdades de la “pastilla del día después”: ni abortiva ni para uso regular
Mediante una resolución, el Ministerio de Salud de la Nación amplió la posibilidad de acceso a la anticoncepción hormonal de emergencia, lo que significa un avance en el cuidado de la salud reproductiva. ¿Cómo y cuándo usarla?
La "pastilla del día después" puede evitar un embarazo cuando falló, no se usó o se usó mal otro método anticonceptivo. Foto: Shutterstock
En la agenda pública y mediática, tomó relevancia nuevamente la anticoncepción hormonal de emergencia (AHE). La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizotti, firmó una resolución que amplía la posibilidad de acceso a la “pastilla del día después” mediante la venta libre y sin receta médica en las farmacias. Es de emergencia, justamente, porque no debe usarse como método anticonceptivo regular, sino para evitar un embarazo después de una relación sexual en la que falló, no se usó o se usó incorrectamente otro método, o fue una relación forzada.
Si bien la receta no era obligatoria, algunas farmacias lo venden de manera discrecional o imponen requisitos arbitrarios para suministrarlo. ¿El resultado? Desigualdades entre territorios, clases sociales o edades de las personas que la quieren comprar. La Confederación Farmacéutica Argentina celebró la resolución del Ministerio de Salud porque significa un avance tanto en el cuidado de la salud reproductiva como en el rol farmacéutico para ese fin.
¿Qué es y qué no es la pastilla del día después?
La AHE o pastilla del día después es el nombre con el que se conoce al comprimido de levonorgestrel. No es abortivo: si el embarazo ya se produjo, no se expulsa ni afecta al embrión. Lo que hace es retrasar o evitar la ovulación para que el embarazo no ocurra. Además, altera el moco cervical –lo hace más espeso–, y eso dificulta la capacidad del espermatozoide de unirse al óvulo.
Según su presentación, puede ser una pastilla de 1,5 mg de levonorgestrel o dos de 0,75 mg. Imagen: amada.org.ar
Todo esto explica por qué su efectividad máxima es en las primeras 12 horas posteriores a la relación sexual, por eso se la conoce como “pastilla del día después”. Sin embargo, se puede tomar hasta los siguientes cinco días, aunque va perdiendo su posibilidad de actuar con éxito.
La AHE se puede adquirir en guardias, hospitales públicos, centros de salud, obras sociales y prepagas de todo el país. Un boletín sobre métodos anticonceptivos advierte que no tiene contraindicaciones, riesgos para la salud o riesgo de sobredosis. Sin embargo, desde el Ministerio de Salud de la Nación y otras entidades que se ocupan de la salud sexual –como Fundación Huésped o la Organización Mundial de la Salud– remarcan que la píldora de AHE no previene las infecciones de transmisión sexual, como son la sífilis o el VIH.
Fuente: Télam / UNFPA / Fundación Huésped
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