México inició el proceso de extradición del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán. Este domingo 10, personal de la Agencia de Investigación Criminal adscrito a la Interpol informó al capo del cártel de Sinaloa que Estados Unidos lo reclama. Las autoridades el entregaron al delincuente, capturado el viernes pasado y desde entonces encarcelado en el penal del Altiplano, dos órdenes de detención con fines de extradición. Este es el inicio de un proceso judicial que podría concluir con Guzmán abordando un avión rumbo al norte para comparecer frente los tribunales en alguno de los seis estados donde es buscado.

Ahora que El Chapo ha sido notificado cuenta con tres días para oponerse al proceso y tendrá 20 días más para probar por qué no debe ser enviado a Estados Unidos. Este último proceso puede extenderse. La Procuraduría General de la República (PGR) informó que los jueces deberán desahogar esta parte probatoria del proceso. Cuando emitan una opinión, a favor o en contra de la extradición, esta será girada a la Secretaría de Relaciones Exteriores. El ministerio deberá emitir los acuerdos para entregar al capo del narcotráfico al gobierno estadounidense. Aunque se dice fácil, el proceso podría tardar varias semanas o hasta meses o incluso un año, según los tiempos de la justicia mexicana.

La Fiscalía también dejó en claro que a lo largo de este proceso, Guzmán tiene la posibilidad de recurrir a un juicio de amparo para frenar su extradición. Esta ha sido la estrategia a la que el criminal ha recurrido en el pasado. Sus abogados promovieron una decena de amparos entre 2014 y 2015 en juzgados federales. La procuraduría informó que algunos de estos juicios han sido sobreseídos, mientras que otros seis siguen su curso.

Más recursos

Este sábado 9, un día después de que el capo fuera encarcelado nuevamente en el penal de Almoloya, su abogado, Juan Carlos Badillo, interpuso un nuevo amparo para evitar que su cliente sea entregado a Washington. “Japón, Israel, Francia, Inglaterra no extraditan a sus connacionales. ¿Por qué nuestro México tiene que vender a sus ciudadanos como si fueran un barril devaluado de petróleo?”, dijo el letrado a los periodistas afuera de la prisión de la que El Chapo se fugó por un túnel en julio pasado.

La lluvia de amparos puede empantanar el proceso de extradición, como ha sucedido con otros capos del narcotráfico. Un ejemplo es el de Edgar Valdés Villarreal, un sanguinario sicario que comenzó trabajando para El Chapo como jefe de gatilleros y que después se convirtió en su rival como operador de Alfredo Beltrán Leyva, del cártel de los Beltrán Leyva.

La Barbie, como lo apodan, fue detenido en agosto de 2010. La justicia mexicana autorizó su extradición a Estados Unidos en 2011. Eso fue el inicio de una larga batalla en los tribunales. Valdés tramitó un amparo que fue revisado por magistrados en primera instancia. El amparo fue rechazado en tribunales colegiados en febrero 2014. Recién en octubre de 2015 La Barbie fue entregado a las autoridades estadounidenses.

El Chapo Guzmán y sus abogados podrían seguir esta misma ruta apelando a las excepciones de la Ley de Extradición: que podría ser condenado a la pena de muerte. Guzmán es acusado de 21 cargos, 13 de ellos por asesinato. La fiscalía de Estados Unidos, sin embargo, no solicitará esta pena para evitar que el proceso se descarrile.