El sistema penal y carcelario fue uno de los principales temas, se podría decir casi el único en cuanto a anuncio de gestión, que trató el gobernador en su primer discurso de Apertura de Sesiones de la Legislatura. Alfredo Cornejo declaró que el pasado viernes 29 de abril ingresó en la casa de leyes un proyecto para regular las prisiones preventivas.

La periodista Verónica Gordillo, de Unidiversidad, explica en su nota que dicha norma, en caso de que sea aprobada como ley, obligaría al acusado a estar detenido mientras dure la investigación y hasta la celebración del juicio oral. La iniciativa prevé reformar algunos artículos del Código Procesal Penal e instaurar un régimen que determine los pasos del procedimiento y estipule claramente cuándo se debe aplicar y cuándo no, de acuerdo con el tipo de delito cometido.

Aquel mismo viernes 29, antes del discurso del 1° de Mayo de Cornejo, Señal U hizo unabreve nota a Carlos Alberto Parma, Juez de menores y profesor de Derecho Penal. El letrado, entre otras cosas, afirma que no tiene sentido pretender solucionar el problema de la inseguridad y la violencia con penas carcelarias mayores, porque eso conllevaría el deber de agrandar las cárceles, entonces habría que pagarlas con impuestos. Esto provocaría más desocupación, lo que a su vez generaría más delincuencia y se forma así un círculo vicioso. 

Este tema enfrentó al Poder Judicial y al Ejecutivo en diciembre del 2015, cuando la Suprema Corte aceptó un Habeas corpus presentado por asociaciones de derechos humanos. Fue enctonces cuando ordenaron al Ministerio Público Fiscal, es decir, al procurador Rodolfo González, que regularizara la situación de 874 detenidos bajo esta figura sin el debido control de un juez de Garantías, como lo estipula la ley.

El gobernador no vio con buenos ojos aquel fallo y ayer volvió a tocar el tema y afirmó que la norma dejará de lado las interpretaciones de los jueces, ya que tendrá  lineamientos claros. 

Segú Parma, los dos grandes problemas de Argentina son la corrupción del Estado y la violencia, en todas sus formas, entre otras, la intrafamiliar y la inseguridad. La primera, afirma, es la peor de todas porque es totalmente asimétrica, ya que generalmente se manifiesta desde el hombre contra la mujer y y desde el adulto contra el niño. También aseguró que en esta materia la comunidad debe estructurar un plan de cómo "autoprotegerse" porque no se puede confiar siempre en las fuerzas policiales que, declara, muchas veces son las que nos mete en problemas en vez de sacarnos.