Primero, el acto inaugural donde oficialmente comenzó esta 31.ª edición de la Fiesta Nacional del Teatro en Tucumán con las palabras de los representantes de las tres instituciones organizadoras: el Intendente de la ciudad, Germán Alfaro, por la Municipalidad; Julio Saguir como vocal del Ente del Bicentenario y Marcelo Allasino como titular del Instituto Nacional del Teatro sumado a las autoridades nacionales Enrique Avogadro, secretario de Cultura y Creatividad, y Pablo Avelluto, ministro de Cultura, quien sentenció sobre el final: “El pasado es importante, pero a veces nos pesa. Lo mejor de la Argentina está pasando y lo mejor del teatro argentino está pasando”.

Justamente, tras la contundente y un tanto contradictoria frase empezó algo de ese momento teatral que está atravesando nuestra cultura actual. Teatro de dramaturgia original, contemporánea, crítica y  nosotros, que traemos vista la obra desde Mendoza y en diferentes salas, observamos el escenario y observamos también a este público nuevo. El fenómeno de las mismas risas (que fueron desde tímidos sonidos aislados hasta la estridencia impunemente contagiosa) nos dispara una pregunta fundamental: ¿Por qué gusta Tus excesos...? Proponemos así, antes que nada, nuestro punto de vista y no es casual ya que cuando García Migani en el programa Cultura al Aire (jueves a las 22.00 por Señal U) trata de definir su obra afirma “creer” que se trata de una comedia bajo la pauta de que “al menos el público se ha venido riendo”.

Pues sí, nos reímos. Nos reímos de esos excesos hasta tocar el vacío y vacilar sobre la angustia. Tus excesos... sorprende en sus múltiples puntos de vista y en el peso de cada uno de sus personajes para construir teatro dentro del teatro hasta la confusión tan absurda como lógica y siempre entretenida. Es una comedia, puede ser, pero también es tragedia. Y en ese juego dialéctico, la articulación de la crítica que no señala directamente su objeto sino que simplemente lo derriba. No se cuestiona el estados de las cosas: se lo sobrepasa con total impunidad y se lo evidencia desde cada extremo.

Valeria Portillo, Miranda Sauverein y Eliana Borbalás actuando en la obra.

Cualquiera de las puntas del hilo de este ovillo (sí, como venimos afirmando, es un ovillo de múltiples puntas) es la máxima exageración de esa situación. Entonces, es el escritor (Cristian Di Carlo) bajo los efectos distorsionadores de una nueva droga dura atrapado en el recuerdo de un amor tormentoso (Victoria Favier); es la profe de gimnasia (Eliana Borbalás) proyectando una obrita de teatro en el Servicio Penitenciario con el posible financiamiento de dealers de barrio; es la comedia romántica y política con repentino desenlace ideológico de la joven militante radical (Silvina Persia) con Paiaso, chico murguero tecno (Nicolás Berlanga); es también esas otras historias del teatro independiente mendocino de los setenta con el Flaco Suárez a la cabeza, el yanqui y su macabro plan (Diego Quiroga); el becario de Conicet traficante (García Migani) y su madre policía y culposa (Valeria Portillo), y la claridad de una rea (Miranda Sauervein) que tras dos tercios de obra en silencio sostiene una de las historias escondidas más originales y jugosas: la tenista peronista proscripta de las grandes competencias mundiales. Y todas estas historias capturan el espacio y lo explotan en todas sus posibilidades hasta desvanecerlo, hasta que sólo queda el enredo lógico y desenfrenado sobre el escenario. Entre medio, descansos distorsionados y, en su fondo constante, la crítica.

La obra, entonces, nos atrapa desde sus excesos, nos enreda en su trama metalingüística y nos deja con un final repartido sobre el escenario. Si el proceso fue un despliegue de sensaciones e historias dentro de otras historias, el final es la austeridad fraccionada para volver sobre la risa y decidir si esta vez es necesario soltar otra carcajada o callar. Buena apertura de telón para esta nueva edición de la fiesta máxima del teatro argentino.

Ficha técnica

Tus excesos y mi corazón atrapado en la noche

Dramaturgia y dirección: Manuel García Migani.

Actúan: Nicolás Berlanga, Eliana Borbalás, Cristian Di Carlo, Victoria Favier, Manuel García Migani, Silvina Persia, Valeria Portillo, Miranda Sauervein, Diego Quiroga.

Asistencia estética general y diseño espacial: Marina Sarale.

Asistencia actoral: María Del Valle Pereyra.

Vestuario: Diego Bor.