Una de las quejas más comunes, si no la única, que tienen los mendocinos y mendocinas que viajan a Chile tiene que ver con las interminables horas de espera para cruzar al otro lado. Este será el foco de "Desafío al túnel", el próximo número de Edición U, el suplemento de papel del sistema de medios de la UNCUYO, que se distribuirá, junto con los dos diarios de mayor circulación de la provincia, este domingo 27.

El cónsul chileno en Mendoza, Juan Pino Vásquez, adelantó que ya está en marcha el sistema simplificado del trámite migratorio por el cual se realiza un solo registro de información de la persona que quiere cruzar. Estos datos son compartidos entre las autoridades migratorias argentinas y chilenas, y se espera que para cuando comience la temporada de verano 2017 el mecanismo ya esté aceitado.

De todos modos, el diplomático reveló un dato impactante por el que pidió colaboración y un cambio de actitud de los turistas. Si lo que se desea es no esperar tantas horas, se solicita que se dejen de lado ciertas conductas inapropiadas, como querer introducir alimentos prohibidos –granos, frutas, verduras, carnes y quesos, entre los más frecuentes– porque esto demora muchísimo el tiempo de los controles.

“En el 2015 decomisamos en el paso más de 12 toneladas de alimentos no permitidos por el Servicio Agrícola y Ganadero chileno (SAG), provenientes de Argentina. El 65 % de estas irregularidades las cometieron turistas que venían en automóviles. Si lo que queremos es agilizar el paso, lo mejor es cumplir las reglas”, sintetizó el diplomático.

Para poder dimensionar cuánto es 12 toneladas de alimentos, basta con pensar en los contenedores que se utilizan para retirar escombros: cada uno de ellos tiene la capacidad de almacenar media tonelada. Es decir que con todo lo incautado en el paso podrían llenarse 24 volquetes de alimentos.

El porqué de los cuidados

El vecino país es reconocido por extremar los cuidados con respecto al ingreso de material orgánico que pueda traer consigo lo que ellos denominan “plagas cuarentenarias”. Chile tiene un estándar fitozoosanitario elevado. El cónsul explicó que si ingresa una plaga cuarentenaria puede afectar las exportaciones, ya que los tratados de libre comercio tienen una serie de responsabilidades que cumplir.

A modo de ejemplo, Pino Vásquez mencionó las relaciones comerciales entre Chile y México, que es un país que pone mucha atención al ingreso de plagas. Entonces, un descuido de un empleado del Servicio Agrícola Ganadero frente a la irresponsabilidad de la gente que miente en su declaración jurada al ingresar a Chile provocaría que se detuviera toda la exportación de alimentos a este país de Lationamérica.

“Por las diferencias de precios, no amerita que alguien lleve una milanesa o una marca de queso en particular. Puede esperar y comérselo acá cuando regrese”, opinó Pino Vásquez.

No es un trámite, sino tres

El cónsul mencionó otra situación que parece una obviedad, pero que en definitiva no lo es y tiene que ver con las demoras en el cruce. 

Cuando una persona “hace aduana” está haciendo tres trámites y no uno. En primer lugar, el control migratorio (realizado en conjunto por la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina y la Policía de Investigaciones de Chile –PDI–); luego, el de la aduana propiamente dicha –que es un control de mercancías y objetos–, y en tercer término, la revisación fitozoosanitaria –control de alimentos que realiza el SAG–.

Argentina y Chile se han puesto de acuerdo en agilizar los trámites de la primera instancia, pero en cuanto a la segunda y la tercera, es primordial contar con el criterio de las personas que viajan para evitar esperas, multas y malentendidos.