Plebiscito en Chile: ganó el rechazo y seguirá rigiendo la Constitución de Pinochet
El presidente Boric llamó a escuchar la voz del pueblo y anunció cambios en su gabinete.
El rechazo a la propuesta de nueva constitución alcanzó el 61,87 % de los votos: Foto: Eugenia Neme/Télam
El rechazo a la nueva Constitución de Chile se impuso con el 61,87 % de los votos válidos del plebiscito de ayer contra el 38,13 % favorable a la aprobación, cuando se había completado el 99,86 % del escrutinio oficial. Tras conocerse el resultado, el presidente Gabriel Boric llamó a los dirigentes políticos a escuchar “la voz del pueblo”, que se expresó “de manera fuerte y clara” en la consulta, y anticipó que hará cambios en su gabinete. Paralelamente, convocó a líderes de los partidos políticos y de las dos cámaras del Congreso para analizar hoy por la tarde la continuidad del proceso constitucional.
“Hay que escuchar la voz del pueblo; esta decisión exige a nuestras instituciones que trabajemos hasta arribar a una propuesta que nos interprete a todos, que dé confianza. Esta decisión exige a nuestras instituciones y actores políticos que trabajemos con más empeño, con más diálogo, con más respeto y cariño, hasta arribar a una propuesta que nos interprete a todos, que nos dé confianza, que nos una como país”, manifestó el mandatario.
El mandatario agregó: “Debemos ser autocríticos; los chilenos y chilenas han exigido una nueva oportunidad para encontrarnos y debemos estar a la altura de este llamado; no podemos dejar pasar el tiempo ni enfrascarnos en polémicas. Hago un llamado a todas las fuerzas políticas a poner todo de su parte”.
Los centros de votación mostraron una concurrencia inusualmente masiva. Foto: Eugenia Neme/Télam
Cambios en el gabinete
Por otra parte, Boric adelantó que hará cambios en el gabinete: “Hacer frente a estos importantes y urgentes desafíos requerirá prontos ajustes en nuestros equipos de gobierno para enfrentar este nuevo periodo con renovados bríos”, dijo. Más temprano, tras conocerse los primeros resultados oficiales, dirigentes partidarios de la aprobación admitieron la derrota. “Estamos impactados, tristes, pero reconocemos naturalmente la derrota; es una voz que habló de manera muy limpia y que hay que escuchar con humildad y agradecimiento. La Constitución de Pinochet está enterrada, el proceso sigue en marcha; vamos a una segunda etapa de esta conversación”, afirmó la presidenta de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS, partido oficialista), Flavia Torrealba.
Asimismo, la exconvencional Bárbara Sepúlveda, del Partido Comunista, sostuvo: “Chile va a tener una nueva Constitución; tarde o temprano, la decisión democrática del pueblo se va a volver a manifestar y ese proceso va a representar a las grandes mayorías”.
Vlado Mirosevic, del Partido Liberal, también reconoció la derrota del Apruebo y advirtió que “eso no quiere decir que haya sido un rechazo al gobierno, ni mucho menos al proceso de nueva Constitución”. En cambio, el también exconvencional Rodrigo Mayorga fue menos optimista: “Se acaba el proceso constituyente que se inició en 2019; termina sin un texto, porque así lo ha decidido Chile”, escribió en Twitter. Y agregó: “Cualquier nuevo proceso depende ahora de nuestro Congreso, o al menos de 4/7 de sus miembros, en ellos queda ahora la responsabilidad de este momento histórico”, añadió.
Mientras tanto, simpatizantes del rechazo festejaban en caravanas de autos que habían tomado las calles de distintos sectores de la capital y de otras ciudades del país, con banderas chilenas y bocinazos. “Este es el triunfo no de Chile Vamos, sino del sentido común”, dijo el presidente de la pinochetista Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya, desde uno de los comandos del rechazo.
“Más que festejo, tengo la tranquilidad de que la ciudadanía se manifestó de forma clara: Chile quiere una nueva Constitución, pero una buena Constitución”, afirmó el senador Matías Walker, partidario del rechazo, pese a pertenecer al Partido Demócrata Cristiano, que se alineó detrás de la aprobación.
“Tenemos una nueva oportunidad y no la podemos desaprovechar; esta noche queremos que se llame a la elección de una nueva convención que corrija los errores del pasado, no podemos repetir los errores que nos enfrentaron”, dijo la senadora y expresidenta del Senado Ximena Rincón, también democristiana a favor del rechazo.
Luego de conocer los resultados, el presidente Boric dijo que hay que escuchar al pueblo. Foto: Eugenia Neme/Télam
El plebiscito
Los chilenos fueron ayer a las urnas para decidir en plebiscito si aprobaban o rechazaban el proyecto de Constitución elaborado con el fin de sustituir la carta magna vigente, sancionada durante la última dictadura (1973-90). Las encuestas vaticinaron una desaprobación mayoritaria.
De todos modos, más allá del resultado, el proceso constitucional seguirá su rumbo, ya que, de aprobarse, se habrían debido implementar leyes por parte del actual Congreso, que está dividido casi a la mitad entre fuerzas de derecha e izquierda, y en caso de rechazarse, los parlamentarios deberán buscar un nuevo camino constitucional.
La expectativa era enorme, no solo por lo trascendente de la decisión, sino por el hecho de que, a diferencia de las elecciones generales –a las que suele concurrir alrededor de la mitad del padrón–, esta vez el voto era obligatorio para los alrededor de 15 millones de ciudadanos registrados.
De hecho, el 99,86 % de las mesas ya escrutadas reunía poco más de 13 millones de sufragios, de los que el 97,86 % fueron válidos y apenas el 2,14 % fueron nulos o en blanco. Por ese motivo, los centros de votación fueron objeto de una concurrencia inusualmente masiva, y las calles, escenario de una efervescencia pocas veces vista en jornadas electorales, sin que se alterara el clima de normalidad, excepto por un incidente que, de todos modos, las autoridades no aseguraron que estuviera vinculado con el plebiscito.
La constitución actual
Actualmente, Chile se rige por la Constitución de 1980, sancionada durante la dictadura del general Augusto Pinochet, que tuvo una importante reforma en 2005, durante el gobierno del presidente constitucional Ricardo Lagos. Sin embargo, ese texto fue el centro de los reclamos ciudadanos en el estallido social de octubre de 2019, que llevaron a un acuerdo entre casi todos los sectores políticos para redactar una nueva carta magna.
La propuesta de nueva Constitución, escrita por 154 convencionales constituyentes elegidos con la participación de los pueblos originarios, buscaba establecer en sus 388 artículos un Estado de bienestar en el país.
Entre los cambios principales, postulaba que Chile pasara de ser una “república democrática” a una “democracia paritaria”, asegurando que las mujeres ocupen al menos el 50 % de todos los órganos del Estado. También buscaba definir al país como un Estado plurinacional e intercultural, con el reconocimiento de 11 pueblos, que tendrían sus respectivas autonomías regionales indígenas y sistemas jurídicos de los pueblos indígenas con respeto a la Constitución.
El texto rechazado proponía cambios en el sistema político, tales como la introducción de una reelección para el presidente, la eliminación del Senado y su reemplazo por una “cámara de las regiones”, con menos poder que aquel y con la facultad de elaborar leyes acotadas a acuerdos regionales, y mayores atribuciones a la Cámara de Diputados.
Fuente: Alfredo Follonier / Télam
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