El joven ingresó a la escuela a la Escuela Municipal Tasso de Silveira, en el barrio de Realengo, argumentando que iba a dar una charla en uno de los cursos y se dirigió con un bolso al primer piso del establecimiento. Una fuente policial indicó que una vez en el primer piso comenzó a apuntar a los rostros de los estudiantes, docentes y administrativos. El episodio habría durado entre cinco y diez minutos, hasta que arribaron efectivos policiales y comenzó un tiroteo. Tras el enfrentamiento Menezes fue herido en una pierna y rodeado por la policía se habría suicidado.

"El tenía la determinación de suicidarse después de la tragedia" afirmó el coronel de la Policía Militar, Djalma Beltrame. La versión policial indicó que Menezes utilizó dos revólveres en el ataque, a los que llegó a recargar varias veces. "Él tenía todavía mucha munición en su poder. De no haber sido por la llegada del policía, la tragedia hubiera sido aún peor", afirmó Beltrame.

Según el oficial, el asesino dejó una carta en la que anunciaba su intención de suicidarse, pero no fue claro sobre su motivación: "Eran palabras de una persona que ya no cree a nada, llena de frases sin sentido y referencias al fundamentalismo islámico".

En declaraciones a la red radial Band News de Río de Janeiro, la hermana del asesino, Roselane de Oliveira, dijo que Menezes "era muy raro, no tenía amigos y pasaba todo el tiempo en Internet", y que en los últimos meses parecía haberse vinculado a la religión islámica: "Él era raro, hablaba sobre esos asuntos de musulmanes", señaló la muchacha. Aunque, hasta ahora no hay indicios concretos de que el ataque haya tenido motivación religiosa o política.

Decenas de personas, entre ellos padres de alumnos, se congregaron frente a la escuela, que fue aislada por un cordón de policías y bomberos, ya que aún no se conoce la lista oficial de los muertos.

El padre de una estudiante, relató que su hija no recibió heridas y le pudo contar que durante la agresión las estudiantes de las aulas aledañas se escondían bajo los bancos e intentaban, junto a los docentes, cruzarlos delante de las puertas para bloquear las entradas.

El sindicato de los docentes de Río de Janeiro presentará una denuncia penal por "el total abandono de las escuelas estatales" como causa de la falta de personal de seguridad que las custodie.