El paso del tiempo y los avances tecnológicos van modificando el mundo en el que vivimos. Las consecuencias del progreso virtual inciden directamente en la vida de las empresas, tanto que hoy en día las empresas físicas conviven con las empresas online. A causa de ello, la esfera económica se debe readaptar acorde al perfil del consumidor para evitar que las arcas de los negocios decaigan y que se produzcan futuros cierres.

Hay varios motivos por los que las empresas o emprendimientos deben dejar de funcionar: malas gestiones, falta de capital, usos indebidos de los créditos obtenidos, entre otros. La lista es extensa; sin embargo, la razón fundamental por la cual una empresa física o virtual empieza a caer se basa en los usos inapropiados de estrategias de marketing y la consiguiente ubicación errónea de la marca en el mercado.

La globalización empuja a la actualización tecnológica. Los cambios forzados, por más resistidos que sean desde la vieja escuela de negocios, le traen beneficios al hombre de negocios. La compra y venta de productos y servicios mutó con el paso del tiempo y con las influencias de los millennials –que tomaron de la mano a la generación X y la acompañaron en este proceso– el mercado se transformó completamente.

El mercado digital, precisamente conocido como e-commerce, le brindó nuevas herramientas a los consumidores para fomentar la pasividad generada por las antiguas tecnologías (TV o radio). Hoy en día, las aplicaciones que instalamos en nuestros dispositivos móviles nos permiten acortar los tiempos de transacción y utilizarlos en actividades de ocio, generalmente mediadas por las nuevas tecnologías.

Y es en ese tiempo libre en el que el sujeto queda aturdido por la publicidad instaurada en el círculo cotidiano. Es en ese momento en el que las estrategias de marketing deben actuar para posicionar una marca y generar mayores ingresos.

Las facilidades que abundan en el ambiente para entrar en el ecosistema del comercio digital deben ser aprovechadas en su máximo esplendor por las empresas o dueños de negocios.

Según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), el consumidor se inclina por adquirir productos en línea debido a simples razones: posibilidad de comprar en cualquier momento, comodidad, mayor valor de descuento que en las tiendas físicas y facilidad para encontrar los productos.  Los argumentos de potenciales clientes, que promueven la pasividad, serán las grandes bases de los empresarios y el departamento de marketing, que deberán despertar –sin ningún tipo de obstáculo– el espíritu consumista.

El feedback se completa cuando el e-commerce comienza a facilitarles a los negocios la creación de oportunidades debido a la expansión de las fronteras; producir un aumento de interacción con los clientes y mejora del servicio, ya que las opiniones de compradores son vistas por futuros clientes con solo acceder a la app o perfil en red social; y, como si fuera poco, en el caso de querer reducir costos, le otorga la posibilidad de transformar completamente el negocio físico en uno online.

Las opciones de crecimiento financiero para los comercios son varias, pero el e-commerce es el camino más viable y fructífero. En un informe realizado por la CACE y Kantar TNS, se reveló el crecimiento constante de este tipo de comercialización. En 2017 hubo una evolución del 52 % en compras virtuales, con una facturación de más de $ 156 millones.

Además, se vendieron alrededor de 96 millones de productos mediante 60 millones de órdenes de compra. Esto genera un incremento del 28 % con respecto a 2016 y un promedio de $ 2600 por transacción (el 19 % más que en la última medición de parámetros).