Susana Trimarco, madre de Marita Verón, reiteró hoy que "sólo la muerte" va a detenerla en la búsqueda de su hija y pidió que "Dios ilumine a este tribunal para que ella tenga justicia", al comenzar el juicio oral por la desaparición de la joven tucumana ocurrido hace casi 10 años.

La desaparición de Marita Verón se convirtió en uno de los casos emblemáticos de la lucha contra la  trata de personas en nuestro país. La incansable búsqueda por parte de su madre y la mediatización que tomó el caso colaboraron a la liberación de más de 90 jóvenes privadas de su libertad por secuestradores y obligadas a prostituirse.

Los imputados son Humberto Juan Deroberti, Daniel Natalia Milhein, María Jesús Rivero, Víctor Angel Rivero, Andrés Alejandro González, Domingo Pascual Andrada, José Fernando Gómez, Lidia Irma Medina, María Azucena Márquez, Mariana Natalia Bustos, José Gonzalo Gómez, Carlos Alberto Luna y Cintia Paola Gaitán.  

El tribunal de la Cámara Penal II está integrado por los jueces Alberto César Piedrabuena (presidente), Emilio Andrés Herrera Molina y Eduardo Antonio Romero Lascano.

Trimarco, quien será testigo en el juicio, no pudo ingresar hoy a la sala por ese mismo motivo, previamente encabezó una marcha de apoyo que recorrió las calles de la capital tucumana hasta llegar a la sede de Tribunales, en Lamadrid al 400.  

"Ella tiene que aparecer y por eso voy a seguir trabajando hasta que eso suceda porque sólo la muerte me va a detener en la búsqueda de mi hija", señaló Trimarco en la puerta de Tribunales.

"La tuvieron privada de la libertad y luego la hicieron desparecer", agregó y destacó que "hay chicas que la vieron, durmieron y estuvieron con ella por lo que sus testimonios en este juicio serán importantes".

La búsqueda fue grande en estos 10 años en varias partes del país, e incluso se trasladó a Burgos, España, donde se allanaron 2 prostíbulos y se logró rescatar a 42 jóvenes latinoamericanas víctimas de la trata de personas. Varias de las cuales serán testigos en el caso, ya que declararon haber visto a la joven tucumana.

“No voy a parar hasta que me entreguen a mi hija. Tengo la misma fuerza que cuando se la llevaron”, dijo la madre de Verón.

“Las chicas eran vendidas para la explotación sexual. La obligación de este tribunal es dar una sentencia justa, verdadera”, opinó. También pidió a los hombres “que no sean consumidores de la prostitución”.  El mensaje es claro, el caso Marita Verón no es algo aislado. Sin clientes no hay trata.