El domingo pasado, en Mendoza, se realizó la 20.ª edición de la MIM, donde más de 600 personas de nuestro país y del exterior trotaron una distancia de 42 km para llegar a la meta. Uno de ellos fue Javier Civelli, que concluyó la carrera con un tiempo de 3h16m, 10' más respecto a su mejor marca, obtenida el año pasado en la maratón organizada por la provincia.

El maratonista pasó por Arenga y nos contó las sensaciones que le produce correr, actividad que practica desde el año 2010. “Cruzar la meta es como tocar el cielo con las manos. Mientras corrés te pasan muchísimas cosas por la cabeza, esta actividad te demanda mucho desde lo mental”, fueron algunas de las frases que dejó.

También dedicó palabras para todos aquellos que quieren empezar a practicar este deporte diciendo que no es simplemente ponerse las zapatillas y correr, sino que requiere una preparación mental y física, acompañada de buena alimentación y chequeos médicos. Finalizando el tema, hizo referencia a los grupos de running aconsejando a la gente a buscar espacios donde existan guías que apoyen, sepan potenciar las virtudes y ayuden a corregir los defectos.

En una vida dedicada al deporte, Civelli se da el tiempo para ser director técnico de fútbol en el club de la UNCuyo y nos contó a cerca de como complementar ambas actividades: “A los chicos les enseño las técnicas para correr, creo que es algo que pocos equipos trabajan y ayuda mucho a la hora de realizar cualquier actividad física”.

Javier es un apasionado y cree que la tecnología aleja a los jóvenes de la vida deportiva, por eso, trata de contagiar el espíritu deportivo a sus dirigidos, inculcándoles que el deporte es salud, un cable a tierra y una ayuda para reordenar la vida personal de cada uno.

Ya despidiéndose, el entrenador habló sobre el club universitario y dejó en claro que en ese lugar se forman grupos increíbles, donde más que compañeros terminan siendo familia.