Manuela Calvo, la periodista silenciada por la justicia por informar sobre abusos sexuales
La investigación de Calvo sobre el "caso Arcoíris" es un testimonio que interpela al Estado y a la sociedad. Su vida no fue la misma cuando empezó a reportar sobre la situación de niñas y niños obligados por la justicia a revincularse con sus progenitores denunciados por abuso.
Manuela Calvo no puede ejercer su trabajo de periodista con libertad. Foto: Natalia Diaz/Télam
A la periodista riojana Manuela Calvo le cambió la vida cuando comenzó a reportar sobre la situación de niñas y niños obligados por la justicia a revincularse con sus progenitores denunciados por abuso: el cambio implicó no poder ejercer su trabajo de periodista con libertad e, incluso, tener que transitar distintos procesos judiciales relacionados con su investigación. La investigación de Calvo sobre el "caso Arcoíris" es un testimonio que interpela al Estado y a la sociedad en la semana en que se cumple un nuevo aniversario de Ni Una Menos y a días de conmemorarse el Día de la y el Periodista.
Manuela Calvo, que es comunicadora desde hace 20 años, actualmente escribe para Página/12 en la sección "La Rioja/12" y realiza documentales "con perspectiva de sobrevivientes" de violencias de género y de abusos a niñeces, explica. En 2021 publicó el documental Mala Víctima, en la que Paula Sánchez Frega "relataba su pensar y sentir durante el proceso judicial que culminó con su expareja presa tras divulgar material íntimo sin su consentimiento", comparte la profesional. En ese documental, Calvo contrasta la violencia mediática que Sánchez Frega padeció cuando su denuncia se hizo pública, de parte de la defensa de su agresor, con el testimonio de la sobreviviente, y dice que el resultado es contundente porque "la sociedad continúa ejerciendo violencia contra ella".
Foto: Natalia Díaz para Télam
El "caso Arcoíris"
La periodista comienza luego a investigar el llamado "caso Arcoíris", nombre que se le puso a una causa para preservar la identidad de una niña de La Rioja que fue abusada por su abuelo paterno y su padre, según le relata ella misma a su madre, que es quien hizo la primera denuncia que derivó en un proceso judicial que ya lleva cinco años. La madre, con la que la niña vive desde hace un año en Buenos Aires, está en la actualidad con prisión domiciliaria por decisión de la justicia riojana, que consideró ilegítimo el traslado a esta ciudad. Según la periodista, fue también la justicia riojana la que le impidió a ella seguir haciendo su trabajo y reportando sobre el caso.
"Mientras investigaba el caso Arcoíris, me di cuenta de la necesidad de crear otros contenidos urgentes. Empiezo advirtiendo a la ciudadanía sobre la información falsa, pero luego paso a crear videos cortos pedagógicos sobre la problemática estructural", explica la comunicadora, que utilizaba sus redes sociales para difundir sus producciones. Y agrega: "Me doy cuenta de que lo que le pasa a Arcoíris no es algo excepcional y que la emergencia social es comprender la tortura a la que el Estado estaba sometiendo a tantas niñas y niños al exponerlos a sus agresores, y es así como nace el proyecto Sin voz(s), ese corto que la justicia riojana censuró".
Comienza así un proceso contra ella que identifica como Slapp (Strategic lawsuit against public participation, en inglés), que define un litigio estratégico contra la participación pública.
"Son litigios cuyo fin es la intimidación y el silenciamiento de los críticos, habitualmente periodistas, activistas, sindicalistas y oposición política, que pueden desistir de sus objetivos ante la presión jurídica, el elevado costo de su defensa legal, y por tanto, acaban abandonando su oposición o crítica y autocensurándose", define la comunicadora.
En febrero de 2022 censuraron e impidieron que estrenara su corto de dibujos animados ficcional "que se centraba en el sentir de quienes atraviesan revinculaciones forzosas, o sea, víctimas de abuso sexual intrafamiliar obligadas por el sistema judicial a seguir estando en contacto con su perpetrador", dice Calvo. La decisión la tomó la jueza María Paiaro, de la Cámara Cuarta A ,Sala 7 unipersonal del Fuero Civil, Comercial y de Minas, a partir de una presentación que hizo el padre de Arcoíris.
"El personaje principal del corto tenía características físicas definidas, y lo dibujé todo nuevamente para que no las tuviera, así ningún 'pedropapi' pudiera asegurar que se trataba de la historia de su hija. La idea de hacer ficción era justamente poder reflexionar sobre los sentires de las infancias en esa situación sin exponer a ninguna de ellas", comenta la realizadora. Y añade: "Lo que pasa es que la jueza que decidió censurar este dibujo animado nunca lo vio ni me escuchó a mí, decidió censurarme escuchando exclusivamente la versión de uno de los presuntos abusadores de la niña". Pero, además, la orden de la jueza la obligaba a borrar contenidos relacionados con la causa Arcoíris de sus redes sociales bajo la amenaza de cobrarle 50 mil pesos diarios por cada día que no lo hiciera. "La justicia me dijo que hablar de esto me saldría caro, así que acaté e intenté inútilmente defenderme de un juicio que habría perdido sin participar de él", reconoce Calvo.
Foto: Natalia Díaz para Télam
La periodista acató la orden judicial, pero el 5 de junio del año pasado, la jueza María Eugenia Torres, del Juzgado de Instrucción de Violencia de Género N.° 1 de La Rioja, con base en una causa que caratuló "desobediencia a la autoridad", ordenó un allanamiento a la casa de la periodista y el secuestro de sus dispositivos electrónicos, que luego recuperó. Al día siguiente del allanamiento, el asesor de Menores Pablo Cubillo la denunció por supuesta coacción de la niña Arcoíris. Actualmente, Manuela Calvo sigue imputada por el delito de desobediencia.
A pesar de ser una niña, la familia paterna difundió un video de Arcoíris en redes sociales donde le preguntan por qué no quiere ver a su papá y la pequeña contesta: "Porque la Manuela Calvo". "Pablo Cubillo, que ignoró los audios desgrabados ante escribano público donde la niña relata varios episodios de abusos, que presenció las veces que la niña le rogaba que no la llevaran con su papá mucho antes de que yo empezara a investigar el caso, que protagonizó un audio que publicó la cuenta Ni Una Menos La Rioja donde se lo escucha a él coaccionando a la niña cuando se resistía a ir con su papá, diciéndole que, si no iba con él, corría el riesgo de no volver a verlo nunca más, en el marco de mi censura, se le ocurrió pensar que había sido yo la razón por la que la niña ruega a los gritos no ir con su papá", señala.
Foto: Natalia Díaz para Télam
La instancia judicial
El funcionario judicial le sumó a la periodista una imputación penal de obstrucción del vínculo.
"Mi vida cambió completamente. Este abogado, que lucra con la impunidad de abusadores, llevó adelante una campaña calumniosa tan maliciosa que generó que padeciera muchísima violencia. Para mí, pasó a ser algo común bloquear cuentas que me amenazan de muerte, no pude volver a salir sola de mi casa porque la estrategia de esta persona fue direccionar discursos de odio contra la mamá de Arcoíris y contra todas las que creemos en el relato de la niña", lamentó la periodista riojana.
En abril, el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja avanzó para evaluar una medida de amparo que Calvo presentó para reclamar sus derechos vulnerados: a trabajar, a la libertad de prensa, a su libertad de expresión, "y también los derechos de los ciudadanos que han sido estafados por la información falsa y los discursos de odio divulgados por la defensa de los presuntos abusadores que censuran a la periodista", aportan las abogadas Élida Barrera e Ivana Cattaneo, que representan a Calvo. Además, las letradas alertan que "lo que está en riesgo con este tipo de decisiones judiciales es la democracia". Las abogadas también presentaron un amparo en el mismo sentido ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
"Las denuncias de violencia de género contra ellos me las archivan. A pesar de las evidencias, no ven delito en la coacción que padezco ni en las lesiones que todo esto genera, así que ellos violentan con total impunidad, sin perimetral que los restrinja, y el mensaje social refuerza la tradición de que es mejor no denunciar porque la justicia solo escucha a los agresores", sostiene.
Junio es el mes del Ni Una Menos, el movimiento que movió estructuras contra las violencias, y el mes del Día de la y el Periodista. La particularidad de este año es la profundización de las violencias hacía periodistas feministas. Manuela es una de ellas y brinda su testimonio.
Fuente: Silvina Molina, editora de Género y Diversidades de Télam
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