Sensaciones robóticas

Previo al desarrollo de la piel, se construyó una mano humana robótica y, en los próximos días, se terminará el brazo y el antebrazo. La mano será dotada de un control electrónico para la función de sujetar piezas y la piel, a su vez, de la capacidad de percibir sensaciones y estímulos.

“Para recrear la piel, utilizamos diversos componentes, como silicona y látex, alginato para el molde y distintos tintes para lograr el color”, especificó el ingeniero Gustavo Pereyra, director del LARMMA. Dentro del laboratorio se estudian e investigan distintos temas y la mayoría confluye en el proyecto de desarrollo de un robot humanoide que surgió como inquietud de los alumnos becarios que lo integran. De esta forma, se han ido organizando distintos equipos con subproyectos relacionados entre sí.

La piel, por ejemplo, ha sido desarrollada por estudiantes de Ingeniería Química. En tanto, un equipo de la carrera de Ingeniería Electrónica desarrolla servomecanismos de control del movimiento de la mano y estudia la incorporación de sensores de presión que regulen la fuerza de sujeción.

Otra tarea, bastante avanzada, es la fabricación de tendones y fibras musculares con algún material de la familia de los elastómeros, que tienen la particularidad de contraerse en función de los impulsos eléctricos. “Queremos dotar a la mano de sensibilidad, de modo que el robot humanoide pueda tomar decisiones consecuentes con esa entrada (la del impulso eléctrico), al igual que en el caso de reemplazo de una mano en una persona”, aseguró el ingeniero Pereyra.

Todas las manos, todas

El proyecto es ambicioso, no sólo por aspectos tecnológicos y científicos, sino también por el alcance que Pereyra quiere dar al LARMMA, ya que el laboratorio es una instancia abierta, de intercambio y convocatoria. Actualmente, lo integran alumnos desde primer a sexto año de la UTN y también del secundario. Además, interesa la participación de las escuelas primarias, para lo que se generarán actividades que favorezcan la articulación en un futuro cercano. De hecho, el laboratorio recibirá a alumnos e interesados que se encuentren entre las edades de 8 a 18 años para formar en robótica, "aportando a nuestra sociedad mendocina la formación, guía y orientación de nuestros futuros especialistas robóticos”, apuntó el director del laboratorio.

LARMMA, el laboratorio de robótica de la UTN

Este espacio tiene algún tiempo de existencia, pero este año ha logrado renovarse con mayor ímpetu y entusiasmo, con nuevos integrantes y proyectos.

El objetivo principal, cumplido hasta ahora en su totalidad, es consolidar el grupo humano de trabajo, de raíz multidisciplinaria, que integran alumnos, ingenieros e interesados de distintas edades, formaciones e inquietudes.

El equipo: alumnos de la UTN-FRM en sus distintas especialidades: Electrónica, Informática, Química, Electromecánica y Construcciones, alumnos y egresados del ITU (UNCUYO) y estudiantes del último año del secundario de escuelas técnicas.

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