"Maniac": un collage de referencias a la ciencia ficción

La serie fue estrenada el pasado 21 de septiembre y llegó con montones de guiños a otras producciones del género. Con un toque de humor negro y de parodias, invita a un viaje a la mente humana lleno de planteos filosóficos.

"Maniac": un collage de referencias a la ciencia ficción

Maniac (2018) es una serie producida por Paramount Television y Anonymous Content, protagonizada por Emma Stone y Jonah Hill, quienes, además, son productores ejecutivos. Imagen oficial de la serie, extraída de kienyke.com.

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Milagros Martín Varela

Publicado el 28 DE SEPTIEMBRE DE 2018

 

Si alguna vez te copaste con Black Mirror (Charlie Brooker, 2011-actualidad), Blade Runner (Ridley Scott, 1982 y 2017), y/o Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Michel Gondry, 2004), se acaba de estrenar una serie que te va a gustar. Se trata de Maniac (Cary Joji Fukanaga, 2018), la última miniserie producida por Paramount Television y Anonymus Content que tiene como protagonistas y productores ejecutivos a Emma Stone y Jonah Hill, entre otros.

Podríamos decir que Maniac es una de las series más esperadas del año debido a que su trailer dejó ver, de antemano, la llamativa estética y la impecable composición fotográfica, aspectos que no son ninguna sorpresa viniendo de Fukanaga, quien también se encargó de la primera temporada de True Detective (2014). El otro factor que hace de la serie un imán son los protagónicos de Stone y Hill, dos de los mejores actores de su generación.

En sí misma, la sinopsis de la serie no es compleja: Annie Landsberg (Emma Stone) y Owen Milgrim (Jonah Hill) no se conocen, pero tienen el denominador común de que están pasando o han pasado por situaciones traumáticas. En una Nueva York retrofuturista, una comunidad científica llamada Neberdine busca lanzar un plan medicinal para “curar” mentalmente a las personas y tanto Annie como Owen acceden a la prueba piloto del programa.

En ese proceso, los conectan a una máquina para las distintas fases del programa médico y las mentes de los personajes recrean diversas situaciones –en general, ficticias– relacionadas con sus traumas. La novedad es que en esos estados de ensueño a los que son sometidos, Annie y Owen se encuentran siempre en sus mentes. El mensaje ñoño de la serie es ese y tiene mucho que ver con el inicio del primer capítulo: la importancia de conectar con alguien y, con la ayuda de otro u otra, poder tirar para adelante y enfrentar las situaciones adversas.

 

Lo que complejiza la serie es la forma en la que está contada, es decir, la narrativa. Hay una estética de base a la que es bastante fiel a lo largo de los 10 capítulos, similar a la que se ve en Blade Runner y en San Junípero (Owen Harris, 2016), cuarto episodio de la tercera temporada de Black Mirror. Sin embargo, hay escenas que parecen sacadas de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001); otras, muy similares a James Bond (Terence Young, 1962) y hasta hay un guiño a la violencia característica de las películas de Quentin Tarantino.

Aunque ha recibido diversas críticas por ser considerada una serie “estirada”, cabe aclarar que se trata de una miniserie destinada solamente a estas 10 entregas y cuyos creadores no pretenden realizar una segunda temporada. Hay capítulos más interesantes que otros y algunos de los que se podría prescindir en cuanto a la trama, pero lo que se destaca minuto a minuto de esta producción es lo visual, la estética y la fotografía. Mención especial aparte merece Emma Stone, quien se personifica en un millón de maneras distintas de forma estelar en sólo 10 episodios.

No es una serie para verla el viernes en la noche, cuando recién se llega a casa después de un día entero de trabajo, porque hay que prestarle atención para entenderla. Tampoco es recomendable para quienes no gustan de la ciencia ficción porque las referencias y los homenajes al género influirán en cuanto a si la producción gusta o no. Sin embargo, es una gran opción para romper con las series pochocleras y adentrarse en lo psicológico, filosófico y, por qué no, en el humor negro de Maniac.

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