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21 DE NOVIEMBRE DE 2024
El diputado Nacional por Mendoza, Guillermo Carmona (FpV), ocupa un lugar protagónico en estos días de la historia en que Argentina pretende reanudar de manera pacífica las negociaciones sobre las Islas Malvinas luego de cientos de años de usurpación inglesa y sangrientos intentos. Como presidente de la Comisión de Relaciones Externas y Culto de la Cámara Baja del Congreso Nacional encarna en sus palabras el consenso de todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria que entienden que “la soberanía argentina no se negocia”.
Foto: Web
¿Puede hacer una comparación entre las recientes medidas impulsadas por el Gobierno nacional para recuperar la soberanía sobre Malvinas con las que llevaron a cabo los distintos gobiernos que lo precedieron?
Desde las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Nación a partir de la Declaración de Ushuaia hacemos una clara distinción entre las políticas militaristas y las políticas democráticas en torno a la usurpación colonialista en Malvinas. Y por supuesto que adherimos a las de los gobiernos democráticos que invariablemente han sostenido por vía diplomática y de negociación la necesidad de llegar a una resolución pacífica del conflicto. Entendemos que sólo de esta manera se logrará el objetivo de sostener un ejercicio efectivo de soberanía de nuestro país sobre Malvinas, Georgia, Sandwich y las áreas marítimas circundantes.
Los referentes de los distintos partidos políticos hemos coincidido en ser críticos con las posiciones que la dictadura militar adoptó en base a la estrategia política y militar. También destacamos que los distintos gobiernos democráticos han tomado medidas de cortes diversos, pero siempre en la búsqueda de la solución pacífica. El reconocimiento especial es para la política impulsada por el General Perón durante sus dos primeros gobiernos con diferentes intentos de recuperación de las islas y donde puso en agenda el tema con mucha energía. También hacemos una ponderación del aporte del presidente radical Arturo Illia, quien promovió la posición argentina que terminó plasmada en la resolución 2065 de la ONU a través de la cual se reactiva la petición de soberanía de nuestro país sobre Malvinas. Asimismo valoramos las acciones que durante el tercer gobierno de Perón se llevaron a cabo en la búsqueda de una resolución pacífica del conflicto por medio de una administración compartida. De la etapa de posguerra valoramos la decisión del presidente Raúl Alfonsín de instalar el tema nuevamente en los foros internacionales. Consideramos que la política de los ‘90 generó un paraguas en torno a la política de la soberanía, ya que no fue efectiva. Aunque hay que reconocer que se mantuvo siempre dentro de un marco de paz.
Y por último destacamos que bajo el gobierno de Néstor Kirchner y en la actual gestión de la presidenta Cristina Fernández existe hay una política que podría ser definida como un impulso de diálogo pacífico con firmeza orientada no únicamente al reclamo de soberanía, sino también en el pleno ejercicio de nuestra jurisdicción sobre recursos naturales y en materia ambiental. El acento debería estar puesto además, en el fuerte avance y los enormes logros diplomáticos tras haber conseguido el apoyo de todos los países latinoamericanos y de importantes potencias internacionales como Rusia.
Ya que mencionó el tema de los recursos naturales, ¿Puede explicar cuáles son los aspectos económicos que se presentan detrás de este conflicto?
Sin lugar a dudas hay factores que hacen que el Reino Unido y Gran Bretaña mantengan una posición reticente a sentarse en la mesa de negociaciones y tiene que ver con la posición estratégica en lo geopolítico respecto a Malvinas. Tengamos en cuenta la vinculación de las islas con el paso entre el Atlántico y el Pacífico y entenderemos la proyección antártica que pretende Inglaterra a partir de la posesión de las islas.
Y por otro lado un tema que hoy cobra una relevancia especial es el de la explotación pesquera, y la exploración - y muy probable explotación - petrolera.
La Declaración de Ushuaia lo que hace es denunciar el proceso de militarización antártica a partir de la acción británica, y la situación de explotación indiscriminada e incontrolada de recursos naturales y los posibles daños ambientales que se puedan producir a partir de esta acción del Reino Unido.
¿Cuando usted habla de políticas de Estado en torno a Malvinas a qué se refiere?
Nos referimos al consenso que se ha alcanzado en torno al conflicto. Este consenso se genera a partir de la decisión de la Presidenta de convocar a las fuerzas políticas en ocasión de la firma del decreto por el cual se desclasificó el Informe Ratenbach, y por el cual se continuó el trabajo conjunto de diputados y senadores de todos los bloques en función de la definición de una posición común de la totalidad de las fuerzas políticas en torno a este tema. Y así fue, y quedó plasmada en la Declaración de Ushuaia, que justamente es un documento que demuestra los conceptos alcanzados en función de la definición de política de Estado.
Ante el continuo pedido de reconocimiento de autodeterminación de los kelpers ¿Qué plantean desde el Congreso?
Nosotros rechazamos esta pretendida autodeterminación de los isleños. Planteamos que la República Argentina invariablemente ha sostenido un principio de integridad territorial y que por lo tanto ese principio ha implicado la consideración permanente de que estamos hablando de territorio argentino cuando hablamos de Malvinas.
En ese marco reafirmamos nuestra oposición a ese pretendido ejercicio de este derecho de autodeterminación de los isleños en función de que se trata de una población, la actual, que ha sido implantada en el marco de una estrategia colonialista y por lo tanto ha sido instrumento de una acción política y militar por parte del Reino Unido. Por eso sostenemos que de ninguna manera se le podría reconocer esta autodeterminación a una población que ha llegado a las islas con una finalidad de colonización en contra de la propia soberanía argentina.
A partir de declaraciones hechas por usted mismo ante la prensa en las que asegura que Malvinas pasó a ser de una causa nacional a una causa latinoamericana ¿Puede explicar este paso?
Tiene que ver con el hecho de la profundización de la integración latinoamericana, y especialmente la sudamericana, que se viene dando a partir de decisiones que han tomado algunos gobiernos democráticos de nuestro país pero cuyos procesos se aceleraron bajo la presidencia de Néstor Kirchner.
Gracias a ello, Argentina ha sido un actor protagónico no sólo en el desarrollo de la consolidación de la Unasur, sino también en la reciente creación de la Celac como unidad de estados latinoamericanos y caribeños.
Nuestro país a través de Kirchner y Cristina ha asumido desde el 2003 un rol protagónico en la consolidación de una posición común en Latinoamérica y el Caribe que se ve expresada en este momento una respuesta unánime de todos los países de estas regiones a favor de la soberanía argentina sobre las islas.
No somos nosotros los que decimos que Malvinas sea una causa regional, lo dicen los propios estados latinoamericanos a través de sus gobiernos en cuanto han realizado expresas declaraciones en favor de nuestro país sobre el conflicto.
También observamos que dentro de esta revalorización histórica que hoy vivimos sobre lo ocurrido con Malvinas se tiende a vincular el concepto de “Memoria, Verdad y Justicia” con el de “Democracia y Soberanía” …
Tenemos muy generalizada la versión de que nuestra democracia es consecuencia del conflicto con Inglaterra y de la derrota de la dictadura en Malvinas. Esta idea ha tenido que ver con el intento de tapar el proceso político y social que se venía produciendo en la Argentina desde el ‘76 con una fuerte resistencia a las acciones del gobierno militar por parte de sectores políticos, sociales y gremiales, y especialmente una acción que intentaba disimular la creciente posición a favor de la reapertura democrática que quedó sintetizada en los hechos del 30 de marzo de 1982, unos días antes de que se produjera la invasión a las islas. El 30 de marzo en nuestra provincia se produjo una manifestación muy significativa de militantes gremiales políticos y sociales que terminó con la muerte de José Benedicto Ortiz.
Menciono esto porque cuando hacemos referencia a Memoria, Verdad y Justicia tenemos que vincularlo claramente con la precipitación de las acciones militares con la protesta que se realizó esos días previos a la llegada de los soldados argentinos a la islas. De hecho José Benedicto Ortiz, dirigente del gremio de mineros en Mendoza, murió el 3 de abril de 1982. Por la asociación que se produjo entre el movimiento de protesta de ese 30 de marzo y la proximidad de la decisión bélica del gobierno militar sobre las islas se pude decir que este obrero fue una de las víctimas de la decisión militar de disimular las protestas sociales que en se momento se producían en todo el país contra la dictadura y de allí la toma argentina sobre las islas, con resultados tan nefastos.
La cuestión Malvinas es una causa que tiene que ver con la reafirmación del proyecto nacional y popular que expresa nuestro gobierno y preconiza el FpV (Frente para la Victoria). Asique consideramos fundamental resaltar estos aspectos que tienen que ver con una decisión militar irresponsable e inadecuada que trajo terribles consecuencias en la sociedad argentina a través de la utilización de una causa justa.
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