Dos mujeres quedaron en el centro de la escena pública este lunes. Una, porque se va (Susana Malcorra); otra, porque quiere quedarse e imponer sus ideas con base en su incidencia pública (Elisa Carrió). 
 

Carrió se fue sin poder instalar a Gutiérrez 

El impulso con el que llegó la diputada chaqueña a Mendoza para reposicionar a su amigo y socio político Gustavo Gutiérrez no parece haber sido suficiente para que el exlegislador de extracción demócrata logre una candidatura nacional. Esto dejaron trascender desde los ámbitos oficialistas a los periodistas políticos que entienden que Alfredo Cornejo tiene que armar el puzzle electoral con todos sus aliados si quiere mantener el entramado partidario y sectorial que le permitió ganar las elecciones de 2015.

Pero no sólo pudo haber encontrado la resistencia local del gobernador, sino también la del mismo PRO nacional. Esto se vislumbró cuando, desde los medios de la familia Terranova, se transparentó que el intendente de Luján, Omar De Marchi, a la sazón también titular del PRO en Mendoza, recibió una llamada del jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, para que no le diera plafón a Carrió. Eso hizo que De Marchi suspendiera una reunión con la líder de la Coalición Cívica.

A todo esto, desde Mendoza, Carrió siguió manteniendo la llama denunciante por el caso Odebrecht y en ese escenario volvió a cruzarse con Julio de Vido, el blanco de las críticas de la diputada, quien ve al exministro de Planificación de la era K como el principal responsable de las maniobras fraudulentas de la empresa constructora brasileña.
 

Malcorra, afuera

La mujer dejó la Cancillería por problemas familiares. Luego de un año y cinco meses de gestión, Susana Malcorra anunció su renuncia al cargo. El Gobierno nacional se apresuró a anunciar al reemplezante de Malcorra. Se trata de Jorge Faurie, diplomático de carrera, actual embajador en Francia.

El Cronista ayer publicó los antecedentes del nuevo canciller que, entre otras tareas, deberá enfrentar la cumbre del Mercosur, que se realizará en Mendoza en julio próximo. “Se convertirá en el primer diplomático de carrera en ocupar el Ministerio de Relaciones Exteriores en 28 años. La última había sido Susana Ruiz Cerruti, quien estuvo por algunas semanas en el cargo durante el gobierno de Raúl Alfonsín. El designado canciller fue jefe de protocolo durante el gobierno del expresidente Carlos Menem y luego, embajador en Portugal. Además, durante el mandato de Carlos Ruckauf en el Ministerio de Relaciones Exteriores fue su vicecanciller. Faurie, de 66 años, es abogado de profesión, egresado de la Universidad Nacional del Litoral. En 1976 egresó del Instituto del Servicio Exterior de la Nación. Desde entonces ha ocupado diferentes puestos, tanto administrativos como con carácter de embajador, en las embajadas argentinas en Venezuela (1978-1979), Jamaica (1979), Trinidad y Tobago (1979-1980), Rumania (1980-1984), Brasil (1987-1989), Chile (1989-1992), Portugal (2002-2013) y Francia (2016-2017)”.