El presidente Mauricio Macri apareció tras las decisorias elecciones legislativas del domingo 22 que lo catapultaron como el principal beneficiario político de ese resultado electoral, que pintó de amarillo al mapa argentino. Los diarios cercanos al gobierno, como Clarín y La Nación, eligen ponderar el anticipo del presidente en la conferencia de prensa que el mandatario dio ayer, lunes 23, después del fuerte respaldo que recibió a través de las urnas.

Sostienen el mensaje reformista permanente de Macri. Si esto se concreta, entonces el Ejecutivo nacional se dispone a llevar la delantera de la agenda pública en lo que queda de su mandato a la par que se prepara para postularse para su segunda presidencia.

Por eso, Macri advirtió que llamará a los gobernadores para impulsar estas reformas. “Y enfatizó su idea de llevar a cabo ‘decenas de reformas para generar trabajo y oportunidades para todos’, por lo que señaló: ‘Que los gobernadores sean jugadores importantísimos, aunque sean de distintos partidos políticos, y que se sumen los intendentes importantes y los gremios’”, remarca el sitio Parlamentario.

Esta etapa comienza hoy con una reunión de la CGT con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, según advirtió el periodista económico Carlos Burgueño esta mañana en MDZ Radio. El mismo periodista anticipó cuándo y cómo se presentará la reforma impositiva. Será la segunda semana de noviembre cuando se la expliquen a los editores de los principales diarios y luego será enviada al Congreso. Su tratamiento y aprobación están previstos para el primer semestre de 2018. Para esto serán convocados los gobernadores. Uno de los aspectos a reformar es el impuesto a los Ingresos Brutos, que por ahora recaudan las provincias.

Macri habló sobre sus proyecciones, pero se vio obligado a prestar atención a un hecho del pasado inmediato por la pregunta de Cecilia González, la corresponsal de la agencia Notimex en Argentina.

El porteño diario Popular hace mención de esto: “El único momento de cierta tensión durante la rueda de prensa fue cuando al Presidente lo consultaron sobre el blanqueo de capitales al que ingresaron su hermano Gianfranco y su amigo Nicolás Caputo, entre otros conocidos, mediante un decreto reglamentario que de alguna forma cambió el espíritu de la ley sancionada en el Parlamento. ‘Que mi hermano haya blanqueado es un derecho que le daba la ley’”. El mismo diario puntualiza: “No abundó en aquello de que lo legal no siempre es ético, más en un gobierno que pregona ‘No más a las avivadas’ y la política de transparencia”.