Las acciones en Wall Street protagonizaron ayer, 5 de febrero, un lunes negro, cuando el Dow Jones se desplomó cerca de 1000 puntos, cayó el 4 % y eliminó de esta forma las ganancias que había acumulado en enero de 2018. El S&P 500 cayó el 3,55 %, casi 100 puntos de pérdida. Esta debilidad representa la caída más pronunciada desde el 24 de agosto de 2015. Al Dow Jones le tomó 18 días de 2018 para subir el 7,5 %, pero en tan solo dos días el mercado eliminó toda la ganancia acumulada en el año y se ubica actualmente en terreno negativo.

Según publica cronista.com, esta fuerte caída generó a su vez un importante rally en el índice de volatilidad, que alcanzó su nivel más alto en dos años y medio. Todos los sectores terminaron en negativo, con mayor impacto en el sector financiero, que cayó el 5 %. Las acciones se beneficiaron de datos económicos sólidos en las últimas semanas y un importante crecimiento de las ganancias corporativas a comienzos de año, pero las crecientes preocupaciones por la inflación han elevado las tasas de interés recientemente, lo que sacudió a Wall Street.

El temor que tiene el mercado sobre la suba de tasas es cada vez más importante, luego de que Yellen se retirase como presidenta de la Fed y por los datos de empleo que muestran un crecimiento en los salarios, acompañado por un nivel de desempleo en niveles del 4,1 %, lo que es entendido como pleno empleo. Estos datos pueden generar un potencial ciclo de suba de tasas más agresivo de lo que en principio se especulaba.

Un dato interesante es que el dólar no funcionó como cobertura al mercado accionario ya que apenas terminó en positivo, sin generar el fuerte rally que debería esperarse ante semejante caída de las acciones americanas.