Sentados en torno del diputado José Cano, Mauricio Macri, Sergio Massa y Margarita Stolbizer comprobaron que, ante una urgencia política como la que planteó la experiencia electoral de Tucumán, podían acordar una posición en común para plantarse frente al Gobierno. No hablaron de pactos. No se mencionó la palabra "ballottage". Pero los tres presidenciables opositores dejaron la reunión sabiendo que podrán reeditar las conversaciones el día después de las elecciones de octubre. Si no antes.

Esas sensaciones quedaron flotando entre los numerosos testigos del encuentro de media hora que los presidenciables compartieron en un salón del segundo piso del hotel Sheraton Libertador, antes de bajar a dar la conferencia de prensa.

El candidato tucumano llegó junto con los radicales Ernesto Sanz, Julio Cobos, Luis Naidenoff, Ángel Rosas, Mario Negri y Laura Montero. Macri lo hizo con Emilio Monzó y Marcos Peña. Massa, junto con Cecilia Moreau. Stolbizer, con el socialista Hermes Binner. Voceros y asesores terminaron de llenar el salón.

Cano se encargó de resumir lo sucedido en su provincia y mostró actas que luego aparecieron adulteradas. Entre indignado y agotado físicamente, el candidato a gobernador pidió a los presidenciables un gesto fuerte para no volver "con las manos vacías" a su provincia. "Yo les tengo que dar una respuesta a los tucumanos", clamó.

Cobos lo secundó y sostuvo que había que exigir que la elección se realice nuevamente. Massa se opuso con una metáfora futbolística. "Es jugar el partido, el alargue, patear los penales y después plantear que te robaron el partido", le dijo a Macri. Pidió que el grupo no apareciera ante las cámaras como "un montón de llorones". Stolbizer y uno de los funcionarios macristas coincidieron. "Apuntemos al 25 de octubre", recomendó la diputada.

Ésa fue la dirección que terminó tomando la conferencia: que el trauma tucumano sirva como alarma para cuidar las urnas presidenciales. Era menos de lo que esperaba, pero Cano salió del Sheraton con la sensación de que los presidenciables de Cambiemos, UNA y Progresistas convergirán después de octubre. "Vi mucha voluntad de acordar", le comentó a un colaborador.

"Me sorprendió cómo fluyó la conversación, sin egoísmos", explicó un hombre del macrismo. Como el resto de los presentes, aclaró que no se habló de pactos ni del ballottage. "Pero sí quedó flotando la idea de coincidir en políticas de Estado en el futuro", completó.

Lo mismo percibió un sector del massismo. "Demostraron que hay voluntad de llegar a acuerdos", indicó uno de los presentes. "Mostramos que si estamos todos juntos podemos marcarle la cancha al Gobierno. También capacidad de diálogo y liderazgo para construir una alternativa de poder real", agregaron, más cautos, en Tigre.

Stolbizer anticipó en privado lo que luego destacó en la conferencia: que lo de ayer fue la demostración de que los presidenciables pueden dialogar ante una situación de gravedad institucional, sin por eso borrar sus diferencias políticas ni alterar la rivalidad electoral.

Eso no privó a algunos de sacar la calculadora. Seguros de que Macri entrará al ballottage, los de Cambiemos vieron como ganancia la foto con Massa y Stolbizer, pensando en la seducción de sus votantes. En Tigre hicieron un análisis similar, pensando en audiencias. "Es la mejor forma de llegar al electorado de Macri y Margarita", señalaron.

La cuenta pendiente fue la ausencia de Nicolás del Caño, candidato presidencial del FIT (que también denunció abusos en Tucumán), al que nadie recordó invitar. Según los organizadores, Adolfo Rodríguez Saá, postulante de Compromiso Federal, se excusó por un viaje