El taxi se detiene. Hemos llegado a destino. El conductor jala del freno de mano, se acomoda en el asiento y se inclina hacia adelante para detener el reloj. “Son 56 pesos con ochenta”, nos dice el hombre, y entonces es cuando nos incomodamos y comenzamos a buscar en los rincones más recónditos de la cartera o la billetera para ver si tenemos la plata “más o menos” justa. A veces tenemos suerte; otras veces, el taxista debe redondear en beneficio del cliente.

A partir de ahora, quienes así lo deseen podrán abonar el costo de un viaje en taxi a través de tarjetas de crédito y débito. Se trata de un servicio que ha comenzado a incorporarse desde principios de agosto y, si bien aún tiene algunas falencias, puesto que está en pleno desarrollo, hasta el momento ya cuenta con más de 100 vehículos capaces de brindarlo.

En Buenos Aires y Capital Federal, estos cambios empezaron a darse desde mediados del año pasado, luego de que el arribo de Uber (la empresa internacional que permite contratar viajes con automovilistas particulares y pagarlos con tarjeta, todo a través de una app desde el celular) generara toda una revolución y cuestionamientos entre quienes trabajan en el transporte de taxis y remises. La página oficial de Uber muestra que la aplicación y el sistema todavía no están disponibles en Mendoza, pero quizá solo sea cuestión de tiempo para que comience a funcionar en el interior del país, y eso obliga a los taxistas a tomar la delantera.    

Según señaló a Unidiversidad Fernando Sáez, titular de la Asociación de Propietarios de Taxis y Remises de Mendoza (Aprotam), todos los días se van incorporando entre tres y cinco vehículos al sistema. “Es una forma de brindar un servicio que se adapta a los cambios tecnológicos”, dijo el dirigente.  

Se trata de una modalidad de pago que, por el momento, abarca al centro y microcentro de Mendoza, pero se espera que para un futuro cercano se extienda hacia toda la provincia. “Nuestro objetivo es llegar a fin de año con al menos 2000 taxis con el sistema incorporado”, dijo Sáez.

A su vez, el dirigente de Aprotam explicó que los coches que ya cuentan con este servicio pueden ser identificados gracias a una calcomanía que reza: “Se aceptan tarjetas de crédito y débito”. Sáez aclaró también que, debido a que se trata de un cambio muy reciente, aún no hay manera de llamar y pedir específicamente un taxi que acepte estas formas de pago. “No tenemos registros que permitan hacer una identificación de quienes se han sumado a esta modalidad. Muchos particulares, por ejemplo, van comprando el posnet, y no hay forma de saber eso”.