El Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) instauró a partir de diciembre pasado un nuevo sistema de cuotas mensuales ajustables en tasas de Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) para sus programas habitacionales, lo que le permite corregir el desfasaje de los montos y la morosidad de sus adjudicatarios, ampliar sus fuentes de financiamiento para la construcción de casas y recortar la fuerte dependencia del Gobierno nacional.

Este sistema de cuotas se implementó mediante un decreto que firmó el gobernador Alfredo Cornejo en noviembre de 2017. Si bien está basado en UVA, permite a través de una fórmula su actualización por inflación. El IPV implementa de este modo herramientas de equilibrio que posibilitan contemplar el nivel de ingresos de las familias beneficiadas a la hora de fijar el valor inicial de las cuotas.

Hasta ahora, el IPV les cobraba a los adjudicatarios una cuota mensual fija e invariable, que se determinaba cuando la vivienda era entregada. Aunque en la actualidad los pagos rondan entre los 3000 y 5000 pesos por mes con el nuevo sistema UVA avalado por el decreto, existen aún beneficiarios que, por ejemplo, abonan 40 pesos todos los meses, dado que vienen pagando su casa desde hace 30 años o más, como adjudicatarios con el viejo sistema.

Eso ha sido una de las críticas históricas sobre el organismo, dado que la recaudación propia termina siendo irrisoria y el financiamiento depende casi exclusivamente de los fondos nacionales y, en menor medida, provinciales.

Tal situación de morosidad crónica motivó al IPV a ofrecer un plan de facilidades para regularizar la deuda o intentar la cancelación. El plan "Ponete al día, tu casa vale" comenzó en agosto del año pasado, proponiendo una quita del 100 % de los intereses por mora y el pago de la deuda en 24 cuotas sin interés. El plan fue prorrogado hasta agosto próximo, tras lo cual el Instituto tiene previsto activar juicios y desalojos. Entonces sí se implementará el sistema UVA.

La iniciativa nació porque a la nueva gestión del organismo se le presentó una situación inesperada: "Después de tantos años, hay cuotas fijas y en pesos que, por la devaluación, quedaron empequeñecidas a montos irrisorios, lo que provoca que hoy al IPV le salga más caro enviar la boleta para cobrar la cuota de la casa que, efectivamente, cobrar la cuota", explicó Damián Salamone, titular del Instituto.

Además agregó: “La idea del Ejecutivo provincial es que las cuotas sean equiparables a las que se pagan en un alquiler promedio y no se desvirtúen en el tiempo. Así se espera que el IPV tenga mayor independencia financiera y, sumado a los presupuestos estatales, pueda dedicarse a achicar el déficit habitacional sin depender de la benevolencia de las administraciones de turno”.

El nuevo sistema de cuotas será aplicable a las futuras adjudicaciones, por lo que quienes ya están pagando una cuota fija no se verán alcanzados, salvo que se produzca una nueva titularización o desadjudicación de la vivienda.

Al respecto se detalló que todas serán en tasas UVA más el 0 % y no se puede afectar más del 20 % de los ingresos. “No podemos migrar las cuotas existentes porque fueron convenidas. No podemos tocar las históricas cuentas, salvo las de diciembre de 2017 en adelante. Todo lo que ingresa a partir del decreto del gobernador va a tasas UVA. Y a todos aquellos morosos a los que se desadjudique por mora, se les reconvendrá a UVA. La única forma de poder intervenir hacia atrás es a través de un nuevo convenio, es decir desde el sistema UVA y producto de la desadjudicación por mora. Quien cancele la deuda histórica continuará con su pago de siempre y quien no lo haga, irá al sistema UVA”.

El titular del IPV también señaló que la conversión de las cuotas fijas a cuotas en UVA implica un nuevo "sistema financiero virtuoso y sustentable que colabore en achicar el déficit habitacional", y está orientado "a que el recupero a través del pago de cuotas no quede obsoleto en el tiempo y permita a las familias tener un financiamiento para viviendas de parte del Estado".

Asimismo, aclaró que la actualización de las cuotas, que a diferencia de los créditos hipotecarios no tendrán intereses, contemplará "herramientas con las que se pueda estipular la cuota en función de los ingresos de las familias, su nivel socioeconómico y demás", como también “acorde a lo que cada beneficiario pueda pagar".

“Con ello se buscará no tener cuotas depreciadas ni en valores inviables, sino que sean equivalentes o menores a un alquiler. Actualmente el IPV es 'Estado nacional dependiente' y necesita de los recursos nacionales, a través de los programas de viviendas, para poder fondearse. Con los cambios aspiramos a que el organismo tenga un financiamiento propio más allá de los recursos del Estado", resaltó Salamone.

En esa línea indicó que los fondos provenientes de la Nación, como el Programa de Construcción de Viviendas, serán "exclusivamente orientados a las familias con ingresos por debajo de dos salarios de valor mínimo, vital y móvil"; los grupos familiares que superen ese límite "son canalizados a través de créditos con o sin asistencia estatal", como el flamante Programa Público-Privado, que combina financiamiento estatal y créditos hipotecarios. Estos últimos también pueden acceder al programa Ahorro Previo, por el cual el IPV financia el 80 % del inmueble y el resto es abonado por los beneficiarios, que deben contar con un terreno listo para edificar.