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20 DE DICIEMBRE DE 2024
La investigadora Valeria Hasan analizó el tratamiento que los medios de comunicación dan a esta problemática social. La construcción de la noticia y la responsabilidad social. El rol del Estado.
La investigadora destacó la responsabilidad social que tienen los medios de comunicación. Foto: Axel Lloret.
Publicar las crónicas sobre femicidios en la sección Policiales, exponer a la víctima, brindar datos escabrosos de cómo fue asesinada, acompañar las noticias con imágenes y con música impactantes y consultar fuentes que no conocen el tema. Para la investigadora del CCT Conicet Mendoza Valeria Hasan, esa es la combinación perfecta para que los ciudadanos no comprendan que el femicidio no es un caso aislado, sino una problemática social estructural. Y advirtió que los medios de comunicación se transforman en una especie de vidriera donde se dan recetas de cómo los varones pueden ejercer la violencia contra las mujeres.
Hasan, quien es investigadora del Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientes (Incihusa), resaltó la enorme responsabilidad social que tienen los medios de comunicación y recalcó que deben recordar que brindan un servicio.
La comunicóloga, que es integrante de la Red PAR (Periodistas de Argentina en Red por una Comunicación No Sexista), también destacó la responsabilidad del Estado y consideró que hoy sus poderes no cumplen con su rol de prevención, de reparación, de control ni de punición.
¿Cuál es su análisis sobre el tratamiento de los femicidios en los medios de comunicación?
Coincido con María Pía López (socióloga e investigadora de la UBA), que habla de una lógica de expectación, que se parece de alguna manera a los asesinatos dentro de los grupos terroristas, es decir, matar y que sirva como un elemento ejemplificador para otros: "Mirá lo que te puede pasar si no obedecés, si no acatás las órdenes". Entonces, de alguna manera, lo que los medios hacen al describir de manera espectacular y exagerada los femicidios es, por un lado, que cobren estado público –cosa que no está mal–, pero al hacerlo con tanto detalle, con tanta exageración, rozando el morbo, muchas veces dan una especie de recetario de cómo se hace y producen cierto estado de mandato, de sujeción para las demás. Si lo analizamos, hay dos conductas que estamos viendo: por un lado, las mujeres que se organizan, que salen a la calle, y por otro, una respuesta de pedidos de mayor orden, castigos y mucho llamado a conductas más conservadoras, un cierto mandato de sujeción de las mujeres.
¿Cuál es la mejor forma de construir las crónicas relacionadas con la violencia de género?
Algunos puntos básicos, que están en el decálogo de la Red PAR son: preservar la identidad de la víctima; exponer la identidad del victimario; enmarcarlo en un problema social, no como un caso aislado, de la vida privada, como que un loco un día se despertó y mató a alguien; cuidar la construcción de la noticia: las fuentes, la música, las fotos, todos esos elementos pueden crear más morbo. También tratar de recordar siempre datos de adónde se puede acudir, como consignar el 144, porque la responsabilidad social del medio de comunicación también está ahí, no sólo informar lo que está pasando, sino ser un nexo. Otra cosa interesante es mantener el tema en agenda, no esperar el nuevo caso sino trabajar la problemática una vez a la semana, al mes, con una entrevista a una especialista o a una víctima que superó la situación.
¿Cuál es su análisis respecto de las crónicas de los últimos días?
Por ejemplo, entre las cosas que leí y escuché, consultaron a todos los vecinos y familiares que encontraron en el camino. Una persona que acaba de sufrir semejante tragedia no puede dar una información fehaciente, no es esa la fuente que hay que consultar, sino a especialistas que ayuden a entender la violencia de género, no el caso puntual sino la problemática estructural que tiene que ver con la desigualdad de poder que hay entre los géneros. Hay una responsabilidad social de los medios de comunicación que se pierde de vista. Sólo importa quién tiene la primicia, cuántas veces se repite, quién lo dice con mayor exageración, con mejor tono, con mayor dramatismo.
En muchos medios de comunicación, estas crónicas se publican en la sección Policiales. ¿Qué implica esto?
Volvemos a lo mismo: lo tratan como un caso aislado, entonces lo publican en Policiales, pero debieran estar en Sociedad o en Información General e incluso en Política, porque no es un tema de la vida privada, de una pareja que discutió ni un acto de locura. Además, construyen la noticia con una lógica de Policiales. Por eso consultan ciertas fuentes oficiales o entrevistan a los vecinos. Me parece que el periodismo tiene que construir estos mensajes desde otro lugar, no desde la lógica de la crónica policial.
Ese encasillamiento en Policiales parecía superado...
Sí, habían interesantes avances, pero hoy lo único que ha quedado es el título de femicidio, e incluso en algún lado decía triple asesinato, es decir que en algunos casos ni siquiera eso. Es una combinación que los medios hacen, porque te encontrás con un fiscal que dice que es un femicidio y los otros, que son homicidios simples (N. de la R.: al momento de la realización de esta entrevista, el fiscal Garay aún no había cambiado la carátula del expediente).
A veces se plantea esta duda porque las causas están caratuladas como homicidios.
En esos casos habría que consultar a un abogado o abogada especializados en violencia de género, y confrontar lo que dice la ley, lo que dice el Código y lo que dice el fiscal, porque entonces ese fiscal lo está haciendo mal, no tiene formación en perspectiva de género.
¿La construcción de la noticia sin perspectiva de género está basada en la falta de preparación que tenemos?
No tenemos formación en género en las facultades de Comunicación Social, debiera ser una materia especial y transversal, por la responsabilidad que tienen los medios de comunicación. De todas maneras, como no está, es responsabilidad tanto de los medios de comunicación, como de los trabajadores y las trabajadoras de prensa, proveer capacitaciones que mejoren estas prácticas, porque los medios son un servicio, además de ser un negocio para los dueños y, además, aquí se juegan muchas cosas, nada menos que la vida y la muerte.
El mensaje desde el Estado
¿Cuál es su análisis sobre el rol del Estado respecto de esta problemática?
Creo que la responsabilidad del Estado es altísima y que no está cumpliendo con ninguno de los roles que debe cumplir: ni el de prevención, reparación, control ni punición. No está cumpliendo ningún rol.
Usted dijo que desde algunos sectores impulsan conductas más conservadoras y mayores penas. ¿Esto también incluye a los funcionarios?
Creo que esto es estimulado desde el Estado. El Gobernador está pidiendo políticas en esta línea, está proponiendo un juez de Corte (José Valerio) que tiene que ver con esta línea de pensamiento. Creo que es un ida y vuelta, que hay una demanda social de esto, pero que también se está desoyendo a otra parte de la sociedad, que está diciendo: "No es eso lo que necesitamos". Es decir, la violencia de género no tiene nada que ver con la mano dura, no necesita mano dura, necesita prevención y políticas con perspectiva de género. Lo que se necesita es un tratamiento integral, que tiene que ver con la prevención, con la capacitación de todos los efectores públicos, no basta con que declaremos la emergencia.
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