Siete de cada diez personas mayores considera que el voto es importante como factor de cambio y nueve de cada diez valora como muy importante el acto de votar, aún entre los que tienen más de 70 años, que no tienen obligación legal de hacerlo. Estos son algunos de los resultados de un informe sobre Cultura democrática y confianza institucional, que se realizó en base a los resultados del Barómetro de la Deuda Social con las Personas Mayores, realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA).

Hace unos días se dieron a conocer los resultados del informe Cultura democrática, confianza institucional, participación social y seguridad. Una mirada sobre el modo en que las personas mayores piensan, evalúan y practican la democracia en la Argentina actual.

La fuente de información del estudio fue la Encuesta de la Deuda Social Argentina (5700 hogares cada año), representativa de los conglomerados urbanos del país, entre ellos el Gran Mendoza. Específicamente para este documento se trabajó con los datos de las series 2010-2014, que incluyeron 6100 encuestados mayores (desde 60 años) y un total de 13 800 mayores relevados en los hogares de la muestra.

En la presentación del informe, los autores explicaron que buscaron superar la mirada biomédica sobre los mayores, que centra su bienestar en aspectos relativos a la salud, y deja relegado otro conjunto de derechos, tales como la participación política y ciudadana, que siempre suelen estar asociados a personas más jóvenes. Los autores también destacaron que promover la participación cívica y cultural resulta un objetivo clave como estrategia contra el aislamiento social y para mejorar la calidad de vida de los mayores.

De acuerdo con datos oficiales, en Argentina la franja de población que tiene de 60 años en adelante corresponde a unos 6 millones de personas, de la cuales la mayoría son mujeres.

El valor de la democracia

La primera parte del informe está destinado a los resultados de las encuestas relacionadas con el valor de la democracia como forma de gobierno y con su funcionamiento actual, teniendo en cuenta sus instituciones fundamentales. Al analizar la importancia del voto, siete de cada diez personas mayores encuestadas consideró que el voto es importante como factor de cambio y nueve de cada diez valoró como muy importante el acto de votar, aún entre los que tienen más de 70 años, que no tienen obligación legal de hacerlo.

Respecto del valor del sufragio, los resultados fueron dispares si se tiene en cuenta la edad de los encuestados. Existió una tendencia a desvalorizar la importancia del voto entre las personas de 60 a 74 años (el grupo que más posibilidades de votar tuvo), mientras que expresaron creer más en el poder del sufragio los de 75 años y más, que por otro lado fueron los que menos oportunidades tuvieron de ejercerlo.

En cuanto al valor del sistema democrático, la mayoría de los consultados tuvo una valoración positiva del mismo. Además, ocho de cada diez personas prefirió un gobierno con poder equilibrado  entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial; un porcentaje ínfimo optó por un gobierno donde el poder esté más concentrado en el Ejecutivo. Respecto del funcionamiento actual del sistema democrático, seis de cada diez personas se mostraron disconformes con él.

El estudio también consultó a los mayores acerca de la confianza en las instituciones. En este sentido, ocho de cada diez personas mayores consultadas desconfían de la actuación del Congreso Nacional y del Poder Judicial. Esta percepción mejoró respecto del Gobierno nacional, en el que seis de cada diez mayores dijeron sentir desconfianza.

En las conclusiones del informe se resaltó como preocupante que nueve de cada diez personas asegurara sentir desconfianza de los partidos políticos. Esto se contrapuso a los niveles de confianza que mostraron respecto de las organizaciones de la sociedad civil (OSC), ya que seis de cada diez personas las consideró bastante confiables.

Participación ciudadana

Los encuestados también respondieron consultas respecto de su participación en actividades políticas, sociales y solidarias, a lo que un porcentaje bajo contestó en forma afirmativa.

Otro de los aspectos que abordó la encuesta fue la seguridad. En este sentido, dos de cada diez consultados respondieron que algún miembro de su familia había sufrido un hecho de inseguridad. En cuanto a los ámbitos en los que se desenvuelven en su vida cotidiana, la calle fue percibida como el más inseguro y la casa, como el más seguro.