El movimiento de los indignados informó hoy que
decidió por consenso levantar el emblemático campamento de la Puerta del
Sol de Madrid el próximo domingo, después de más de 20 días de
protestas y tras experimentar en los últimos días una significativa
pérdida de fuerza.
La asamblea de la plaza Catalunya de Barcelona, otro de los puntos más
álgidos de la protesta, también aprobó que se dejara de pernoctar allí,
pero aún no hay fecha para que se levante el campamento ya que existe un
núcleo duro que se opone a ello.
El deterioro en el campamento
es evidente y muchos manifestantes consideran que de permanecer seguirán
perdiendo fuerza. Un grupo más duro, los jóvenes "antisistema", son los
que se resisten a abandonar el lugar.
“La Asamblea de Sol
alcanza un consenso importante y unánime: el domingo día 12 se levanta
la acampada”, indicó el movimiento en un comunicado.
Presionados
por los comerciantes de la zona y ante la menor afluencia de
manifestantes, el lunes ya se había reestructurado la acampada para
reducir el espacio que ocupa en la madrileña Puerta del Sol, donde el
pasado 15 de mayo se encendió la llama de esta protesta que exige un
cambio político y social.
Sin embargo, la lluvia retrasó la
decisión crucial de levantar o no el campamento, a pesar de que el tema
estaba consumiendo el debate y desgastando al movimiento.
Anoche,
luego de más de cinco horas de intenso debate, los manifestantes
acordaron concretar la retirada, aunque la minoría disidente, que quiere
permanecer en las plazas, presentará hoy propuestas alternativas para
someter a votación.
“Si no se aprueba ninguna de estas propuestas
y alguien sigue, será sin el apoyo de la Asamblea y por su cuenta y
riesgo”, sostiene el movimiento.
La propuesta consensuada para
dejar la Puerta del Sol prevé la celebración el próximo domingo de una
asamblea barrial y otras actividades festivas que preparará la comisión
de Acción para abandonar el simbólico lugar.
“Esto no se acaba,
nos transformamos para seguir movilizándonos”, señalan los indignados,
quienes a partir de ahora se concentrarán en continuar en las asambleas
de los barrios y pueblos de España.
En la Puerta del Sol
mantendrán un punto de información, y la idea es encontrar un mecanismo
para realizar asambleas de forma periódica.
Según subrayó una portavoz, Ana, la acampada es “una herramienta al servicio del movimiento y no un fin en sí mismo”.
“Tenemos
que encontrar la forma de no perder fuerza, de regenerarnos, y las
asambleas de los barrios son claves para ello”, añadió.
El pasado fin de semana, representantes de todas las acampadas del país acordaron realizar dos grandes acciones.
El
sábado acudirán a protestar a la toma de posesión de los alcaldes
elegidos el pasado 22 de mayo para boicotearlos, y el 19 de junio está
prevista una movilización a nivel estatal.
El movimiento de los
indignados o 15-M, por la fecha en que comenzó la protesta, sacó a la
calle a decenas de miles de personas en toda España durante la primera
semana de movilización, y tuvo su punto más alto en la víspera de las
elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo.