Los incendios, la bajante histórica del Paraná y la enseñanza de los carpinchos
Los eventos ambientales críticos, con severos efectos para la biodiversidad, fueron unos de los hitos de este 2021. Las consecuencias del cambio climático, en foco.
Foto publicada en eldiarioar.com
La bajante del río Paraná más importante de los últimos 77 años y los incendios forestales que afectaron a más de 300.000 hectáreas en todo el país marcaron la agenda ambiental de este año.
En agosto, el Paraná bajó en la capital de Entre Ríos a -46 centímetros (debajo del nivel del mar), lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio histórica de 2,76 metros para ese mes.
Las alturas superaron las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor, cuando el río marcó -1,40 (debajo del nivel del mar) metros frente a la ciudad de Paraná.
En el puerto de la ciudad de Santa Fe, se registró una baja de siete centímetros y alcanzó una marca de 18 centímetros en julio, su menor altura desde 1970.
La situación en la región de la cuenca del Paraná continúa afectando a las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires.
En este contexto, el presidente Alberto Fernández declaró el "Estado de Emergencia Hídrica" por 180 días en la región y creó un fondo de emergencia por 1.000 millones de pesos.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, quien participó en noviembre en la conferencia climática COP26 que se realizó en Glasgow, Escocia, señaló que "la intensa sequía del Paraná como evento extremo con origen en el cambio climático, la deforestación en la cuenca y la reducción de los humedales" acentuaron la problemática.
Para monitorear el estado de la cuenca del Paraná, los satélites argentinos SAOCOM 1A y 1B, diseñados para proveer imágenes de radar en Banda L sobre la humedad de los suelos, comenzaron a ofrecer un servicio de emergencia con datos para el Estado y organismos públicos que trabajan frente a la bajante.
El fuego
La sequía, la escasez de lluvias y la bajante del río Paraná favorecieron, más allá de las causas naturales o intencionales, los incendios en el delta del Paraná que se registraron a lo largo del año.
Sólo en la segunda quincena de julio, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) constató 407 focos de incendios, y señaló que hasta ese momento del año se habían producido "7.254 focos de incendios provocados".
El viceministro de Ambiente, Sergio Federovisky, dijo que "estos incendios favorecen el avance de la frontera agropecuaria".
De acuerdo con el reporte diario que elabora el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) hasta el 2 de diciembre se registraron 302.451,67 hectáreas afectadas por los incendios.
En el sur, según un informe de la cartera ambiental, las áreas afectadas por los incendios en "Las Golondrinas" y "El Boquete" en las provincias de Río Negro y del Chubut en marzo arrasaron con 21.777 hectáreas.
De ese total, 14.748 hectáreas (68%) corresponden al departamento de Cushamen en Chubut y el 32% (7.029 hectáreas) restante a Bariloche, Río Negro, (4.511 ha) y a Ñorquinco (2.518 hectáreas).
Según la información de los Ordenamientos Territoriales de Bosque Nativo (Otbn) realizados por cada jurisdicción, se vieron afectadas por estos incendios un total de aproximadamente 19.161 hectáreas de bosque nativo.
En la Cuesta del Ternero (este de El Bolsón), el fuego afectó más de 7.000 hectáreas y por el hecho fueron imputadas seis personas que habían prendido una fogata y se retiraron del lugar "sin apagar debidamente ese fuego".
Los incendios en la zona cordillerana con epicentro en la Comarca Andina que nuclea a El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo y Epuyén dejaron un saldo de tres muertos y afectaron más de 500 viviendas.
Los brigadistas también combatieron este año varios focos en el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos, ubicado en el partido bonaerense de Campana.
Daños irreparables
El fin del 2021 también estuvo signado por otros daños al ambiente y a la fauna autóctona.
Por un lado, causó conmoción la matanza de casi 300 pingüinos Magallanes y la destrucción en noviembre de unos 146 nidos en un campo lindero al Área Natural Protegida de Punta Tombo.
El caso está siendo investigado por la justicia luego de las denuncias presentadas por el gobierno de Chubut, el Ministerio de Ambiente y Greenpeace.
Por otro lado, en Río Negro, la Brigada de Control Ambiental (BCA) del Ministerio de Ambiente de la Nación se encuentra evaluando el derrame de petróleo que se produjo en diciembre en el área de Medanito, 20 kilómetros al sur de la localidad rionegrina de Catriel, y exigió a la empresa responsable la presentación del seguro de caución ambiental.
La aparición de carpinchos en Nordelta
La aparición de carpinchos, el mayor de los roedores del mundo cuyo hábitat natural es el Delta, en el complejo de countries Nordelta del partido bonaerense de Tigre en el mes de agosto, generó un debate sobre el avance de la urbanización sobre los humedales y su regulación.
En esa oportunidad, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié pidió no "banalizar el tema".
"Hablar de carpinchos es ejemplificar la necesidad de poder regular los humedales, de tener un inventario nacional de humedales y tener en cuenta lo que se ha significado el avance de barrios privados y la actividad productiva sobre ecosistemas que son humedales y son tan necesarios para la regulación de agua, para evitar inundaciones para la calidad de agua", sostuvo.
Desde el Ministerio, remarcaron que "los carpinchos son animales que viven en zonas de humedales" y afirmaron que "es fundamental comprender que el cuidado de la fauna es responsabilidad de todos y de todas, y que el avance sobre los ecosistemas tiene consecuencias sobre la biodiversidad y el ambiente".
La gerencia de Medioambiente de la Asociación Vecinal Nordelta (AVN), barrio en el que viven unas 40.000 personas, informó que en 2014 comenzaron a monitorear la actividad y comportamiento de los carpinchos, al notar un crecimiento en la población.
Y afirmaron que "la actividad de carpinchos en Nordelta creció este año un 17% respecto al 2020".
En tanto, la Fundación Vida Silvestre criticó "la falta de empatía con la naturaleza de algunas de las personas que deciden vivir cerca de ella"
"Los carpinchos y muchas otras especies forman parte de la naturaleza en la que las personas construimos nuestros hogares, nuestros barrios o nuestras ciudades. Más allá del conflicto que fue noticia, esto nos muestra un contexto que tiene una serie de problemas mucho más profundos, que no son nuevos, pero sí cada vez se hacen más evidentes", afirmó la entidad ambientalista.
Plano educativo
En el plano educativo, este año se destacó la aprobación de la Ley de Educación Ambiental Integral que pretende que los estudiantes puedan adoptar un enfoque que permita comprender la interdependencia de todos los elementos que interactúan en el ambiente; el respeto y valor de la biodiversidad; el reconocimiento de la diversidad cultural; y el cuidado del patrimonio natural y cultural.
Fuente: Télam
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