Pasó enero y dejó resabios de un calor insoportable en Mendoza. Las estadísticas avalan esta sensación: el primer mes del año tuvo temperaturas máximas y mínimas por encima del promedio histórico y hasta dos olas de calor bien marcadas.

Según datos de la estación El Plumerillo del Servicio Meteorológico Nacional, solo un día (el 5 de enero) la máxima estuvo por debajo de los 30 °C y, en contraste, hubo 17 días con el mercurio por encima de los 35 °C. Esto explica por qué el promedio para todo el mes fue de 35,2 °C, cuando la media histórica es de 32 °C.

En cuanto a las mínimas, solo ocho de los 31 días del mes hubo registros menores a 20 °C e inclusive el 21 de enero se registró la temperatura mínima más alta de la historia en Mendoza: 27,5 °C. Así, el promedio para todo el mes fue de 21,5 °C.

Para los meteorólogos, el que pasó “fue uno de los eneros más secos de los últimos años en Mendoza, con temperaturas muy por encima de los valores medios”, que respalda una tendencia producto del cambio climático: el crecimiento sostenido de las mínimas, lo que hace que la amplitud térmica sea menor y, por ende, no refresque lo suficiente por las noches.

Ayer se fue uno de los eneros más secos de los últimos años en #Mendoza, con temperaturas muy por encima de los valores medios (1/2)

— PRM - IANIGLA (@meteoro_ianigla)

February 1, 2017

Dos olas de calor

Un trabajo científico publicado en 2015, dirigido por la doctora en Ciencias Meteorológicas Matilde Rusticucci, establece que para hablar de onda de calor debe haber al menos tres días consecutivos con temperaturas por encima del percentil 90.

Y las clasifica en tres tipos:

1-      Temperaturas máximas diarias por encima del percentil 90 (en el caso de Mendoza para enero, por encima de 33,4 ºC);

2-      Temperaturas mínimas diarias por encima del percentil 90 (en el caso de Mendoza para enero, por encima de 19,6 °C);

3-      Ambas, máximas y mínimas, por encima del percentil 90 (lo que se llama “ola de calor extrema”).

Según detalló el director del Programa Regional del Meteorología del Ianigla, Federico Norte, el mes pasado en Mendoza hubo dos ondas de calor bien diferenciadas. La primera se registró entre el 20 y el 23 de enero y fue de tipo 3, es decir, al menos tres días con máximas y mínimas por encima del promedio. La segunda ola de calor se registró el último fin de semana (28 al 31) y fue del tipo 1: con temperaturas máximas muy elevadas pero mínimas normales o por debajo de los 20 °C.

“En enero hemos tenido una de categoría 3 y una de categoría 1, algo extraordinario”, admitió Norte, aunque recordó que las ondas de calor en verano tienen una cierta recurrencia: “climatológicamente, siempre hay ondas de calor hacia fines de diciembre (alrededor de la Navidad) y en la segunda quincena de enero”, como ocurrió este año y también en 2003, cuando se registró la máxima temperatura histórica para Mendoza: 44,4 °C el 30 de enero de ese año. Este episodio ha sido exhaustivamente estudiado por Norte junto a otros investigadores de Argentina y del Centro de Previsión del Tiempo y Estudios Climáticos de Brasil.

El doctor en Meteorología del Ianigla también hizo hincapié en la importancia que tiene estudiar estos fenómenos, ya que las olas de calor causan muertes, sobre todo en niños y ancianos, las poblaciones más vulnerables. Por eso hay que tomar las precauciones debidas (como hidratarse continuamente), en especial al tener en cuenta que, como dice Rusticucci en el citado informe, “la probabilidad de recurrencia de una ola de calor tan larga y severa es pequeña en el clima actual, pero es probable que aumente sustancialmente en un futuro próximo, incluso bajo una tendencia moderada de calentamiento”.