Andrés Molina y Martín Giménez, jugadores de handball del club UNCUYO, se consagraron campeones con la selección mendocina juvenil luego de superar a Femebal por 27 a 24, en la final del Torneo Argentino de selecciones, que se disputó en Chapadmalal. En el caso de Martín, sumó otra dorada a la obtenida en 2017 con la Selección Mendocina de Cadetes.

Acerca de sus experiencias en este torneo, los jugadores contaron: “Nosotros fuimos con expectativas de salir campeón, entrenamos e hicimos el grupo para eso, desde el cuerpo técnico hasta cada uno de los jugadores”. Además, agregaron: “Fue un logro muy importante, para el equipo y la provincia. Ahora, a volver con ganas para los Binacionales”. 

Sobre la final, comentaron: “Se nota la diferencia con algunas provincias. A nosotros nos tocó jugar la final con Femebal, es un equipo de Buenos Aires y se nota bastante la diferencia con otros equipos, son chicos que vienen de jugar el mundial y tienen partidos duros con sus clubes de todos los fines de semanas. Acá, en Mendoza, si bien tenemos un torneo, no todos los partidos son duros ni de la misma intensidad que los que tienen ellos”.

Martín vuelve a repetir medalla, ya que hace dos años salió campeón con la Selección de cadetes. “Es una alegría enorme porque veíamos a Femebal en esa final y eran gigantes, como que iba a ser muy difícil ganarle”, comentó sobre su sensación de salir campeón por segunda vez de un Nacional. También contaron por qué se sentían con ese aire ganador: “Desde los entrenamientos, ya se empezaban a notar las ganas que teníamos todos de ganar, desde el primer partido, desde el primer minuto en cancha se notaban las ganas del que estaba en el banco y del que estaba en la cancha”. Además, destacaron que tenían un buen equipo, donde varios jugadores salieron de los clubes de Mendoza o venían de estar en la Selección Nacional.

Posteriormente, contaron una anécdota previa a la final ante Metropolitana, donde resaltaron la unión del equipo: “Momentos antes de la final, tuvimos un pequeño percance con uno de los entrenadores, con el preparador físico de la Selección; no estábamos mal ni tocados, pero habíamos tenidos un pequeño problema. Llegamos ese día a la cancha y nos metimos en el partido, desde el calentamiento hasta que terminó el partido estuvimos todos concentrados y unidos como grupo”.

Para finalizar, recordaron cómo fueron los últimos minutos ante Femebal: “Fue un partido muy difícil, muy complicado para los chicos, las últimas pelotas ya eran dolor. Cuando terminó el partido, fue una alegría enorme, salimos corriendo hacia el arquero (Alfonso), que nos salvó mucho”.

Mendoza llegó a la final tras derrotar en la semifinal a Atlántica por 25 a 16, mientras que en la fase de grupos se impusieron a Córdoba 26-25; Neuquén, 28 a 17, y San Rafael por 31-16.

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