El pasado lunes en No es solo Rock N Roll, tuvimos el agrado de entrevistar, no sólo a unos artistas, sino a exponentes de una cultura que camina entre las sombras. El mundo del Hip Hop se ha caracterizado por ser de naturaleza sigilosa. Ambientes cerrados, llenos de etiquetas, seudónimos, pandillas y un millar de misterios para quien lo mira desde afuera. Bueno, eso pensábamos nosotros hasta que los conocimos.

Triforifai, lo 'under, no tan under' de la cultura rapera mendocina. Ropita ancha, caminar relajado, gorra característica... pero se necesita más que el look de MC para poder hacer lo que estos aliens hacen con el micrófono.

Lo cierto es que desde el minuto que Franco Alaniz, alias Sub, empezó a escupir con seguridad y talento su nuevo material, nos dejó con la boca abierta. Rimas ingeniosas e improvisadas a una velocidad que abruma. Todo al ritmo de un limpio y sonoro beat box, de la mano de 'Gaucho', otro integrante de la crew. Afirmaron con orgullo que el hip hop es un ambiente sumamente abierto y que cada vez hay más interesados en aprender de este género urbano. En el momento en que empezaron a presentarse en la calle (si tenés suerte te los podés cruzar en la peatonal Sarmiento) tuvieron muchas críticas dentro del ambiente. "Hemos hecho y hacemos lo que nadie hace. Abrimos las puertas a todos, tenemos una cultura y nos gusta mostrarla", contó Sub. A raíz del rap pudieron comprarse un parlante para los shows, y a partir de esto muchos los tildaron de buscar "vender la cultura".

Más allá de las posibles críticas que en todo ambiente existen, se consideran como representantes de la cultura urbana. Gaucho, quien pertenece al ambiente desde hace tiempo, ha sido parte de los cuatro elementos del hip hop: Baile, Freestyle, Beatbox y el Graffiti. De hecho, su actual oficio, tatuador, conlleva una mezcla de todo lo nombrado. "Una mano llevó a la otra, de una lata de aerosol , a un lápiz, del lápiz a una máquina de tatuar. Mi vida se formó a raíz del hip hop."

Además, Sub nos contó sus inicios, cómo fue introducirse en el ambiente, empezar desde cero, aprender a improvisar y todo lo que conlleva ser un MC. Comenzó a los 13 años, escuchando Batallas de Gallos de la Red Bull. Se vio influenciado por "Piezas" un rapero español que surgió de esas batallas. Cuando comenzó a incursionar en la improvisación y en sus propias rimas, caer en el insulto fácil era algo inevitable. Pero luego de mucha dedicación, logró la fluidez, para después poder encontrarle coherencia a las rimas. Otorgarles un sentido. "En un freestyle, la misión del rapero es dejar un mensaje. En eso se basa la cultura, buscar la consciencia. No hace falta hablar de política, tal vez con hablar de uno mismo es suficiente para que alguien se sienta identificado con lo que rapeás", afirmó consolidando el energético e inspirador aire en el estudio. 

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