“Siempre tuve la esperanza de que Sergio saliera adelante. Es muy doloroso todo esto, he tratado de estar fuera de las redes sociales en torno a este tema por lo que me unía, conocí a su papá, a todos sus hermanos. ¿Qué puedo decir? Fue jugador mío, nos juntábamos a comer muy seguido y nunca hubo una rivalidad de ninguna índole. Incluso no creí cuando me vinieron a buscar para dirigir nuevamente porque él se había enfermado. Fui a hablar con él para ver si era cierto porque jamás hubiera dudado de su capacidad”, arrancó diciendo el Gringo.

Sobre la relación que tuvo, añadió: “Hemos discutido, como gringos, muchísimas veces. Pero bueno, dicen que todos tenemos una fecha de vencimiento. Lo que he compartido con Sergio lo viví plenamente. Siempre tuvimos buena fe de los dos lados, incluso cuando hemos dirigido equipos diferentes. Nos hablábamos en la semana, cambiábamos ideas”.

Consternado, el DT del Botellero se animó también a confesar un deseo que quedó inconcluso y dijo: “Como lo vi mejor en el último tiempo iba a pedir tenerlo en el banco en el primer partido. Dios no lo quiso así y me quedé con esa espina. Creo que tanto él como su familia se llevan el cariño de toda su gente. He visto cariño no sólo de parte de la gente del deporte, sino también de sus compañeros de trabajo. Ojalá uno pudiera llegarle a la cintura”.

A la hora de hablar de la calidad humana del también ex jugador de River, expresó: “Era muy frontal. Así era en el fútbol y en la vida. No tenía mucha amistad con su esposa, pero se veían una pareja admirable. En todos lados juntos, se acompañaban mucho. Realmente provocaba envidia de todos. Ojalá el dolor no lo tengan toda la vida y se apacigüe un poco porque han sufrido mucho en este último tiempo”.

Asimismo, compartían el amor por los colores del equipo de Vergara y recordó: “Hemos llorado por la camiseta, hemos descendido y hemos ascendido. Son tantas cosas. Hablo así porque hemos hecho el mismo camino, desde inferiores hasta ser técnicos. A veces uno quisiera decirle tantas cosas y se siente un pelotudo por no haberlas dicho en vida. Me emocionó mucho ver a sus hijos, es muy doloroso”.

Por último, sin explicación por tamaña perdida, Sperdutti concluyó: “Este caso es diferente al resto porque siempre que alguien muere pasa a ser buen tipo, él no. Él fue buen tipo en vida, por eso es muy triste. Hace poco perdí un compadre joven como Scivoletto. Es lo peor que le puede pasar a una familia, espero que tengan la fuerza suficiente para seguir, son todos gringos guapos”. 

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