La Cámara de Diputados sancionó por unanimidad el proyecto de "Ley Justina", que establece que todas las personas mayores de edad son donantes de órganos, salvo que se hubieran manifestado expresamente en sentido contrario.

La ley fue aprobada por 202 votos a favor, sin abstenciones. Fue el final de una sesión emotiva, que terminó con todos los diputados aplaudiendo de pie.

El proyecto creado por el senador Juan Carlos Marino había sido aprobado en el Senado por unanimidad el 30 de mayo. En Diputados se repitió la historia. Con pleno consenso se votó la ley que adoptó el nombre de Justina Lo Cane, la nena de 12 años que falleció el año pasado, el 22 de noviembre, por no recibir un trasplante de corazón a tiempo.

En ambos procesos de votación en el recinto, los padres de Justina y sus hermanos presenciaron todas las instancias con gran emoción.

La nueva ley regula las distintas actividades vinculadas con la obtención, utilización y manipulación de órganos y células de origen humano en el país. Entre las novedades, prevé que los centros de salud habilitados para estas prácticas cuenten con servicios destinados a la donación.

La norma elimina la necesidad del consentimiento familiar en caso de que el fallecido no hubiera expresado en vida su voluntad de ser o no donante de órganos. Hoy, el 40 % de las donaciones que se pierden son por oposición familiar. Sí seguirá siendo necesario el aval de los padres en caso de que el posible donante sea un menor de edad.

Hay unas 10 500 personas en la Argentina que esperan por un trasplante, se destacó durante el debate. Hasta ahora, son 13 personas por cada millón de habitantes. Un punto en el que habrá que esperar es la reglamentación del texto que enumera los requisitos para la donación.