Ley de etiquetado frontal: cómo funciona en las golosinas
La ley contempla colocarle a cada pequeño producto que lo amerite un microsello con un número que represente la cantidad de sellos de excesos.
Foto: Chequeado.com
Desde la sanción de Ley de Etiquetado Frontal en 2021, la función de las etiquetas es advertir a consumidores y consumidoras acerca del contenido del producto y sus eventuales excesos en el aporte de azúcares, grasas saturadas y totales, calorías o sodio. La norma actual abarca todo tipo de alimentos procesados, aunque, en algunos casos, las propias características de estos, dificultan la aplicación de la norma. Es lo que ocurre con las golosinas, especialmente cuando son de dimensiones pequeñas, como un bocadito o un caramelo.
“Las golosinas también están alcanzadas por la normativa, ya que se trata de productos alimenticios envasados en ausencia del cliente, con agregado de nutrientes críticos. Habitualmente, tienen exceso de azúcares y calorías, aunque también podrían tener exceso de grasas totales o saturadas, entre otras. Esto se aplica a productos como alfajores, bombones, obleas rellenas, etcétera”, explicó a Chequeado Sandra Tirado, secretaria de Acceso a la Salud del Ministerio de Salud de la Nación.
Sostuvo que, si el producto supera los límites de nutrientes críticos o de calorías establecidos por la ley, o ante la presencia de edulcorantes o cafeína, deben incorporarse sellos de advertencia en los envases: "En los muy pequeños, se debe recurrir al microsello, cuyo número corresponderá a la cantidad de nutrientes críticos y/o calorías que contengan en exceso, y/o a la presencia de cafeína y/o edulcorantes si los hubiere. Lo que admite valores del 1 al 7”. Desde el Ministerio de Salud, detallaron que los microsellos son obligatorios para los productos con superficies menores o iguales a 10 centímetros cuadrados. El caso de productos con superficies entre 10 y 20 cm² que lleven más de un sello, se podrá utilizar el microsello de manera optativa.
La reglamentación de la ley contempla colocarle a cada pequeño producto que lo amerite un microsello que consiste en un número que representa la cantidad de etiquetas de advertencia de cada producto.
Leila Guarnieri, nutricionista e investigadora de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina, ejemplificó: “Si un caramelo tiene impreso un 2, eso significa que es un alimento asociado a 2 etiquetas de advertencia”. Y, si bien es cierto que es una información más limitada, ya que el consumidor no puede saber a qué sellos se refiere el número, dicha cifra figura como advertencia de que aporta nutrientes en exceso.
Sin embargo, los sellos correspondientes a ese producto sí deben poder ser leídos en detalle en el envase secundario del producto. Por ejemplo, en el paquete grande que contiene los caramelos individuales sueltos. Según Guarnieri, eso ya se ve en los supermercados que venden bolsas de caramelos: “En el envase exterior deben estar los sellos que corresponden y deben tener el tamaño y características indicados por la ley. Luego, en el envoltorio de cada caramelo, el consumidor podrá ver un número que indica la cantidad de sellos que amerita ese producto de acuerdo a sus características nutricionales”. “Por otra parte –agregó la especialista–, cada productor debe declarar a los organismos competentes los detalles del rotulado de cada producto, pero esa información no está por ahora publicada en la web y es cierto que el consumidor puede encontrarse con ciertas dificultades para acceder a esa data en detalle”.
Foto: Municipalidad San Basilio (Córdoba)
Comparar el número de sellos en productos iguales
El objetivo del etiquetado es que, si un producto ultraprocesado (las golosinas lo son) tiene una advertencia, más allá de cual sea, el sello debe funcionar como una señal para evitarlo, ya que las actuales Guías Alimentarias elaboradas por la cartera sanitaria no recomiendan su consumo para la población argentina. “La norma indica que todo ultraprocesado, envasado fuera de la vista del consumidor, debe llevar sello si presenta exceso de uno o varios nutrientes críticos, y las golosinas entran en esta definición”, explicó a Chequeado Ana Cáceres, presidenta de la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (Fagran). Sostuvo que, independientemente de su forma o tamaño, suelen ser productos asociados a excesos de azúcares o de grasas saturadas.
Según las especialistas, las comparaciones con relación al número de sellos que tienen los productos deben hacerse al interior de la misma categoría de alimentos (por ejemplo: “cereales de desayuno”), ya que es de esta manera en la que consumidores y consumidoras suelen seleccionar los alimentos entre las opciones disponibles
“Los sellos de advertencia funcionan como un indicador que aporta información útil cuando se decide comprar un alimento o una bebida envasada: cuantos menos sellos tenga el producto, más saludable es. Sin embargo, esta regla solamente se aplica en productos similares”, sostuvo Tirado. Por ejemplo, si se decide comprar galletitas, se recomienda consumir la que tenga la menor cantidad de sellos entre todas las disponibles, pero esto no se aplica a productos diferentes. No se debe comparar una bebida azucarada con 2 sellos y un chocolate con 3para deducir cuál es más saludable, ya que pertenecen a diferentes grupos.
Otro detalle que recordó Cáceres para elegir productos saludables es que el consumidor o la consumidora no debe tener en cuenta el tamaño de la golosina. “Cuando algo amerita sello, no se determina con base en el tamaño de la porción, sino que la advertencia se asigna tomando en cuenta los umbrales sugeridos por los técnicos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que se emplean para determinar cuándo hay un exceso en el aporte de ciertos nutrientes. Esos límites de la ley están basados en el sistema de perfil de nutrientes que propone la OPS. En otras palabras, si consumimos un caramelo o un bombón con sello, ya estaríamos consumiendo algún nutriente crítico en exceso”, sostuvo.
Desde FIC Argentina indicaron que “es erróneo entender que, aunque sea más ‘chiquito’ un caramelo que un alfajor, es mejor para la salud: ambos son no saludables y no deben desplazar a los alimentos naturales, como una fruta”.
Finalmente, desde la Fagran también advirtieron sobre 2 líneas de productos que muchos asocian con golosinas: los postrecitos con base en leche y las barritas de cereal. Ambos suelen ser considerados “saludables”, pero –aun así– tienen sellos. “Lo cierto es que son 2 categorías de ultraprocesados y pueden aportar excesos en varios nutrientes, y tener una o más etiquetas de advertencia”, resaltaron desde la ONG. Y concluyeron: “Siempre, lo ideal es no incluir en nuestra dieta cotidiana productos que tengan sellos”.
Fuente: Enrique Garabetyan para Chequeado
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