Marechal por Marechal: Leopoldo en la mirada de Malena

En el marco de la Feria del Libro, la directora de teatro Malena Marechal disertó junto al profesor Gustavo Zonana sobre Leopoldo Marechal. Una radiografía lírica de una pluma disidente.

Marechal por Marechal: Leopoldo en la mirada de Malena

Cultura

Unidiversidad

Natalia Bulacio

Publicado el 10 DE OCTUBRE DE 2014


Malena es una mujer bella y de apariencia frágil, hasta que abre los labios. Cuando lo hace se manifiesta su fortaleza, su histrionismo y su calidez. Esta mujer ligada al teatro, pero no como representación de la realidad,sino “como otra cosa”, según ella misma define, estuvo en el Espacio Cultural Julio Le Parc para hablar sobre su padre, Leopoldo Marechal.

“Marechal leía todos los clásicos, era un gran lector. Tenía una biblioteca vastísima. Tengo destellos, pantallazos de mi niñez”, dice la directora. Es que vivió cortos períodos con este escritor desafiante que en 1948 publicó Adán Buenosayres, una novela que no fue muy bien recibida y que le llevó muchos años de preparación.

Leopoldo fue también bibliotecario, maestro y profesor; en la década del 20 formó parte del grupo que se nucleó alrededor de la revista Martín Fierro. En la primera etapa de su existencia literaria predominó la poesía, pero luego escribió cuentos, ensayos, teatro. Malena agrega: “Toda su literatura tenía que tener un lenguaje poético, la mejor manera de hablar o de sonar musicalmente. Hay mucha teatralidad en su obra. A través de síntesis o metáforas se da lugar a múltiples lecturas, no como el lenguaje cotidiano”.

Amigo de importantes intelectuales y pintores como Picasso, Héctor Basaldúa y Antonio Berni, Marechal padre tuvo que soportar que su obra fuera relegada al olvido durante décadas, debido a que ocupó cargos oficiales durante el peronismo.

El profesor de literatura de la UNCUYO que acompañó a Malena en la mesa, destacó al respecto: “Acá existía un factor político, su inclinación por el proyecto peronista que no era bien vista por parte de sus compañeros generacionales, asociados en el Grupo Sur. Y Marechal los retrató con otros nombres, los parodió, integrando a ellos elementos de una cultura emergente, popular, como podía ser el radioteatro o el tango”.

Es que este ingenioso escritor pensaba y creaba sus personajes principales con elementos de  escritores y miembros vanguardistas que el autor conocía. Para citar algunos ejemplos: en el astrólogo Schultze se señalan los rasgos de la personalidad del artista Xul Solar; Borges tiene su correlato en el poeta criollo Luis Pereda; el intelectual Raúl Scalabrini Ortiz está retratado en Bernini. “Tampoco Marechal tenía piedad hacia su propio juego y a las consecuencias que eso le traía. Se ve a sí mismo en el infierno en Adán Buenosayres y es censurado por sus  musas. No se deja afuera, sino que se asume también. Se hacía cargo de los debates del año 20”, dice Zonana.

De esta manera, el ensayista porteño escribió una profunda radiografía de la Argentina, con una mirada sociológica, sin olvidar un tono humorístico y paródico. “Leopoldo contextualiza y busca recrear la cultura argentina. Algunos de sus diagnósticos tienen una persistencia increíble, hay cosas que como Nación no logramos superar” continúa el docente.

Todos los textos del escritor lo contienen. El anclaje lírico que tiene el lenguaje de Marechal es una constante en toda su obra. Obra que su hija sigue recomendando abordar. Edición UNCUYO habló con Malena Marechal.

Apelando a tu condición de hija, ¿cómo lo recordás?

Yo viví poco tiempo con mi padre. Mi madre murió a mis 5 años y cambiaron nuestras vidas. Yo volví a tomar contacto a los 18. Lo que me sorprendió fue que me hizo acordar a Roberto Arlt, con su “prepotencia del trabajo”. Se levantaba tarde, desayunaba someramente y se encerraba en su estudio desde las 14 hasta las 22 horas. Una supone que escribía, pero la verdad es que la puerta se cerraba y nadie más entraba.

Tuve una virtud: lo leí como cualquiera de ustedes. Nunca lo hice pensando que era mi papá. Lo que yo he elegido de mi propio interés y mi propia crítica es el teatro; cuando he apelado a sus textos ha sido porque me ha interesado ponerlo en ese papel y utilizar su obra. Hay otra faceta que a mí se me juega y es la de identidad propia. Por eso, cuando empecé a dirigir teatro no dirigí nada que tuviera que ver con Marechal, no quería. Hasta que entendí que debía darme lo mismo porque siempre iba a ser “la hija de”. Pero eso fue 13 años después que abordé el teatro.

¿Marechal era católico, no? ¿Cómo se manifiesta eso en su obra?

Sí. Tenía un misal antiguo, muy grande; según lo que escribiera, iba poniendo páginas distintas. A él le gustaba. El "Viaje a la Oscura Ciudad de Cacodelphia" es la parodia del Infierno de La Divina Comedia de Dante Alighieri.

¿Por qué cree que Marechal se autodenominó “poeta depuesto”?

Murió sintiéndose así. Sus propios colegas escritores se habían olvidado de él. Cuando Leopoldo Marechal fue a Cuba en 1967, invitado por el gobierno cubano para ser jurado del premio anual de literatura que otorga la Casa de las Américas, muchos de los poetas (lo trataban) como si hubiera muerto, porque no hablaban más de él. Entonces, el reconocimiento cubano lo llenó de satisfacción. No te olvides de todo lo que vivió cuando cayó el peronismo y todo lo que significó su involucramiento. Fue ninguneado por abrazar esa causa, siendo que era un crítico, un ser comprometido, adhería pero pensaba, siempre buscaba ampliar el segmento del pensamiento.

¿Qué es y qué actividades tiene la Fundación Marechal?

La Fundación fue creada por mi hermana María de los Ángeles. Tiene entre sus objetivos rescatar todos los manuscritos de Marechal. Además, esta institución busca propiciar el intercambio cultural con otras instituciones oficiales o privadas, incrementar la biblioteca para su utilización por parte de los interesados y promover la creación de un museo que llevaría el nombre del escritor.

Para cualquier información: www.marechal.org.ar

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